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lunedì 29 agosto 2011
Los templarios habrían vivido en Río Negro
Un grupo privado de investigadores halló objetos relacionados con la desparecida orden religiosa en un fuerte construido 600 años atrás en el golfo San Matías. De confirmarse su origen probaría que hubo europeos en América antes de la llegada de Cristóbal Colón. El fuerte era uno de los tres asentamientos secretos de estos monjes guerreros en la costa argentina. Se sospecha que, en su huida de la Inquisición, también trajeron el Santo Grial, cáliz sagrado en el que José de Arimatea recogió la sangre de Jesús tras su crucifixión.
Una hipótesis fundamentadaEl artífice de la hipótesis que asegura que los templarios llegaron a América antes que Colón se llamó Jacques de Mahieu, un investigador francés que vivió en la Argentina y fundó el Instituto de Ciencia del Hombre de Buenos Aires.
Según Mahieu, los templarios estaban capacitados para llegar a América gracias a la gran flota naval que poseían en el mar Mediterráneo, que rivalizaba con la veneciana y con la que habían logrado el monopolio de los transportes entre Europa y Oriente Medio.La Orden poseía importantes puertos, no sólo en el Mediterráneo sino también sobre el Atlántico, como el de La Rochelle, desde el que se cree que podrían haber partido las naves que llegaron a las costas patagónicas hace más de seiscientos años.
Otro argumento que utiliza Mahieu para defender su teoría era el inmenso acopio de monedas de plata que los templarios hicieron durante los siglos XII y XIII para construir más de 150 iglesias góticas, ochenta de las cuales fueron catedrales. Según el historiador francés, la plata era un mineral imposible de conseguir en tales cantidades en Europa, por lo que dedujo que el mismo podía ser traído desde América, en donde abundaba.
Hombres con cruces rojas inspirados en voces divinas, manos que empuñan aceros en forma de espada; salmos y estandartes; monjes y caballeros. Vienen del mar, montados en barcos de enormes velas blancas; huyen de hogueras, martirios e injusticias; llegan a playas remotas, que aún no han sido imaginadas por reyes y papas. Traen sus secretos, listos para morir con ellos.
La historia oficial cuenta que Cristóbal Colón con sus tres carabelas descubrió América en octubre de 1492. Sin embargo, existe una teoría que asegura que Don Cristóbal no fue el primero, que antes de él hubo otros. ¿Otros? Según Jacques de Mahieu los primeros europeos en llegar al continente americano fueron los templarios, mítica orden de monjes-guerreros creada en el año 1118 y perseguida por la Inquisición en los comienzos del siglo XVI.Esta hipótesis, para muchos descabellada, parece haber encontrado su primera base real y científica en un descubrimiento arqueológico hecho recientemente en Río Negro por un grupo de investigadores argentinos llamado Delphos. Este equipo halló, en un sitio costero cercano a la ciudad de San Antonio Oeste, un tótem de medio metro de altura y un enorme bloque de piedra tallado con una cruz cristiana, símbolos que habrían pertenecido a miembros de la orden templaria y que tendrían seiscientos años de antigüedad.
"Trabajamos sobre la hipótesis de que en la zona patagónica habrían existido poblaciones habitadas por caballeros de la Orden del Temple", señala el ingeniero Fernando Fluguerto Martí, quien encabezó el grupo que halló ambos objetos en los alrededores de un lugar conocido como El Fuerte, una meseta de 150 metros de altura ubicada sobre el mar, en la zona del actual golfo San Matías.
Según Martí, en este sitio los templarios habrían construido un fuerte que ocuparían durante varios siglos antes de abandonarlo tras la llegada de los españoles.
"Los pobladores de la zona dicen que la meseta se llama así precisamente porque alguna vez allí existió un fuerte", dice Fluguerto Martí.
De fuertes y mapasEl fuerte del que habla Martí no figura en ningún mapa español. Sin embargo, una carta geográfica realizada en 1865 por el francés Juan Antonio Víctor Martín de Moussy -que había sido contratado por el gobierno de Justo José de Urquiza-, ubica en la zona del golfo un punto al que denomina como Viejo Fuerte abandonado (Ancien Fort abandoneé, en francés)."Además del mapa de Moussy, hay otros nueve planos hechos por ingleses y franceses, en donde figura la fortificación, lo que deja en claro que realmente existió", informa el ingeniero Martí.
Ahora bien, ¿por qué no figura el fuerte en los mapas españoles? "Los trabajos de los españoles necesitaban casi siempre la autorización de la Iglesia, la misma que acabó con la existencia de los templarios en Europa en el siglo XIV, durante la Inquisición", relata el investigador, tratando de dar una explicación al olvido hispano.
De los objetos hallados por el grupo Delphos, hay uno que no deja dudas acerca de su vinculación con la Orden del Temple.
"El pequeño tótem que encontramos es una figura de tres partes llamada el árbol de la vida, que representa los tres niveles de la existencia (espiritual, humana y demoníaca) y que era uno de los símbolos más usado por los templarios", afirma Fluguerto Martí.El ingeniero llegó por primera vez a la zona del golfo San Matías en diciembre de 1997, tras interpretar un viejo texto de autor anónimo titulado El alto libro del Grial, en el que se detalla el extraño viaje de un navegante medieval desde las costas de Gales hasta unas tierras desconocidas.
"De la lectura del relato deduje que el sitio al que podía haber llegado aquel barco estaba ubicado en alguna parte de las costas patagónicas. A partir de esta hipótesis empecé a buscar un lugar que geográficamente concordara con la narración y fue así que me encontré con El Fuerte", dice.
Ciudades secretasEn los comienzos del siglo XIV, a doscientos años de su creación, los templarios se habían convertido en la orden militar más poderosa de toda Europa, al punto de tener acorraladas económicamente a varias de las más importantes monarquías, a las que había hecho varios préstamos de dinero.
Fue por ello, entre otras cosas, que el rey francés Felipe IV decidió acabar con el grupo, ayudado por el papa Clemente V. Entre ambos persiguieron a los templarios, los condenaron por blasfemos y terminaron disolviendo la orden en 1312, en el Concilio de Vienne.Ante esta persecución, según Fluguerto Martí y el grupo Delphos, varios caballeros utilizaron la poderosa flota que poseía la Orden para huir con rumbo oeste, hacia las costas americanas, donde no podían ser alcanzados por el papa Clemente ni por el rey Felipe."La flota partió del puerto francés de La Rochelle, que queda sobre el Atlántico, y habría llegado al sur del continente, en donde se habrían levantado tres ciudades fortificadas: una en las costas del Chubut, otra en el golfo San Matías y otra sobre el Pacífico, en la zona de Osorno, Chile", asegura Fluguerto Martí.
Estas tres ciudades serían la que en la mitología americana se conocen como las ciudades de los césares, las míticas poblaciones a las que hacían referencia los indígenas, cuando los españoles arribaron para la conquista del Nuevo Mundo.
"Nunca se pudo saber si eran o no ciertas aquellas leyendas sobre las ciudades de los césares, fundamentalmente por la inexactitud de los datos que aportaban los indios a los primeros conquistadores. Yo creo que esa inexactitud no era casual, sino que estaba relacionada con un pacto que habían realizado los aborígenes y los integrantes de la orden, que no querían entablar contacto con los conquistadores", explica el investigador.
Para sostener esa idea, Fluguerto Martí indica que "inclusive, estas tres ciudades fueron abandonadas voluntaria y organizadamente a la llegada de los españoles. Tal vez por eso poco y nada se sabe de ellas, más allá de las leyendas".
Mapas que muestran fuertes abandonados, hombres de cruces rojas en ciudades fantasmas, voces que susurran desde la sombra del tiempo, más allá de las versiones oficiales. La de Colón y sus tres carabelas.
(Fuente: Diario Clarín)
REUNIÃO TEMPLÁRIA EM BELO HORIZONTE - MINAS GERAIS BRASIL
Precettore dei Cavalieri Templari a Belo Horizonte - Minas Gerais - BRASILE - IN 08 di agosto de 2011.
In una cerimonia bellissima in 12 di agosto e 27 de agosto di 2011, presieduto dal professor dell'Ordine, Fra + + Pedro Neves, sono stati letti e presentati i decreti Precettoria di installazione a Belo Horizonte - Minas Gerais - Brasile e Nomina del Precettore + + Fra Pedro Neves documenti sono stati ricevuti da Italia, e mandò il Gran Mestre + + + Fra Roberto Amato Johannes. E 'stato anche leggere decreto 001 che disciplina l'uso della Precettoria dei rituali originale d'Italia ricevuti e tradotti in portoghese.
Poi è andato alla cerimonia di investitura e consacrazione dei Cavalieri Templari:
Márcio José Janeiro, Jeremia Alberto Vasconcelos, Eduardo Pacheco Clareth Paschoal, Silvio Mauro Spínola da Silva, Ildeu Ferreira, Claudio Francisco da Purificação Marra, Kleber Willian Antunes da Silva, Rodrigo Luz Gomes, Nilton Pereira dos Santos, Rayne Dias Ferreira do Nascimento Romério Ronaldo Ferreira, Diego Silva Ferreira, José Augusto Moreira Pimentel, Renato Patríco Amorim da Silva,Hirohito Torres Lage, Marcos Sales Diniz, Fabiano de Avelar Diniz, Antônio Marcos Rodrigues Franco.
In occasione della benedizione sono state fatte regalia (accappatoio, spada, gli speroni, croce) dei Cavalieri del Tempio di Gerusalemme.
Rifinitura questa bella cerimonia, sono stati eseguiti i rituali dei Templari di carica di cavalleria e la Santa Comunione.
Poco dopo, la sala da ballo era un agape fraternizzazione.
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In una cerimonia bellissima in 12 di agosto e 27 de agosto di 2011, presieduto dal professor dell'Ordine, Fra + + Pedro Neves, sono stati letti e presentati i decreti Precettoria di installazione a Belo Horizonte - Minas Gerais - Brasile e Nomina del Precettore + + Fra Pedro Neves documenti sono stati ricevuti da Italia, e mandò il Gran Mestre + + + Fra Roberto Amato Johannes. E 'stato anche leggere decreto 001 che disciplina l'uso della Precettoria dei rituali originale d'Italia ricevuti e tradotti in portoghese.
Poi è andato alla cerimonia di investitura e consacrazione dei Cavalieri Templari:
Márcio José Janeiro, Jeremia Alberto Vasconcelos, Eduardo Pacheco Clareth Paschoal, Silvio Mauro Spínola da Silva, Ildeu Ferreira, Claudio Francisco da Purificação Marra, Kleber Willian Antunes da Silva, Rodrigo Luz Gomes, Nilton Pereira dos Santos, Rayne Dias Ferreira do Nascimento Romério Ronaldo Ferreira, Diego Silva Ferreira, José Augusto Moreira Pimentel, Renato Patríco Amorim da Silva,Hirohito Torres Lage, Marcos Sales Diniz, Fabiano de Avelar Diniz, Antônio Marcos Rodrigues Franco.
In occasione della benedizione sono state fatte regalia (accappatoio, spada, gli speroni, croce) dei Cavalieri del Tempio di Gerusalemme.
Rifinitura questa bella cerimonia, sono stati eseguiti i rituali dei Templari di carica di cavalleria e la Santa Comunione.
Poco dopo, la sala da ballo era un agape fraternizzazione.
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mercoledì 24 agosto 2011
lunedì 22 agosto 2011
Regola integrale dell’ Ordine Templare
X Giornata Mauriziana
DOMENICA 18 SETTEMBRE 2011 PRESSO IL SACRARIO NAZIONALE MAURIZIANO DI PESCOCOSTANZO D’ABRUZZO, CON INIZIO ALLE ORE 11.00 SI TERRA' LA X GIORNATA MAURIZIANA
venerdì 19 agosto 2011
New York, Fra' ++ VICTOR SALAZAR SOTO Legato Magistrale di N.Y U.S.A.
lunedì 15 agosto 2011
venerdì 12 agosto 2011
Salmo 115 (113B)
Salmo 115 (113B)
1Non a noi, Signore, non a noi,
ma al tuo nome da' gloria,
per la tua fedeltà, per la tua grazia.
2Perché i popoli dovrebbero dire:
"Dov'è il loro Dio?".
3Il nostro Dio è nei cieli,
egli opera tutto ciò che vuole.
4Gli idoli delle genti sono argento e oro,
opera delle mani dell'uomo.
5Hanno bocca e non parlano,
hanno occhi e non vedono,
6hanno orecchi e non odono,
hanno narici e non odorano.
7Hanno mani e non palpano,
hanno piedi e non camminano;
dalla gola non emettono suoni.
8Sia come loro chi li fabbrica
e chiunque in essi confida.
9Israele confida nel Signore:
egli è loro aiuto e loro scudo.
10Confida nel Signore la casa di Aronne:
egli è loro aiuto e loro scudo.
11Confida nel Signore, chiunque lo teme:
egli è loro aiuto e loro scudo.
12Il Signore si ricorda di noi, ci benedice:
benedice la casa d'Israele,
benedice la casa di Aronne.
13Il Signore benedice quelli che lo temono,
benedice i piccoli e i grandi.
14Vi renda fecondi il Signore,
voi e i vostri figli.
15Siate benedetti dal Signore
che ha fatto cielo e terra.
16I cieli sono i cieli del Signore,
ma ha dato la terra ai figli dell'uomo.
17Non i morti lodano il Signore,
né quanti scendono nella tomba.
18Ma noi, i viventi, benediciamo il Signore
ora e sempre
1Non a noi, Signore, non a noi,
ma al tuo nome da' gloria,
per la tua fedeltà, per la tua grazia.
2Perché i popoli dovrebbero dire:
"Dov'è il loro Dio?".
3Il nostro Dio è nei cieli,
egli opera tutto ciò che vuole.
4Gli idoli delle genti sono argento e oro,
opera delle mani dell'uomo.
5Hanno bocca e non parlano,
hanno occhi e non vedono,
6hanno orecchi e non odono,
hanno narici e non odorano.
7Hanno mani e non palpano,
hanno piedi e non camminano;
dalla gola non emettono suoni.
8Sia come loro chi li fabbrica
e chiunque in essi confida.
9Israele confida nel Signore:
egli è loro aiuto e loro scudo.
10Confida nel Signore la casa di Aronne:
egli è loro aiuto e loro scudo.
11Confida nel Signore, chiunque lo teme:
egli è loro aiuto e loro scudo.
12Il Signore si ricorda di noi, ci benedice:
benedice la casa d'Israele,
benedice la casa di Aronne.
13Il Signore benedice quelli che lo temono,
benedice i piccoli e i grandi.
14Vi renda fecondi il Signore,
voi e i vostri figli.
15Siate benedetti dal Signore
che ha fatto cielo e terra.
16I cieli sono i cieli del Signore,
ma ha dato la terra ai figli dell'uomo.
17Non i morti lodano il Signore,
né quanti scendono nella tomba.
18Ma noi, i viventi, benediciamo il Signore
ora e sempre
S. BERNARDI ABBATIS DE LAUDE NOVAE MILITIAE AD MILITES TEMPLI LIBER
HUGONI militi Christi, et magistro Militiae Christi, BERNARDUS Clarae-Vallis solo nomine abbas, bonum certamen certare.
Semel, et secundo, et tertio, ni fallor, petiisti a me, Hugo charissime, ut tibi tuisque commilitonibus scriberem exhortationis sermonem; et adversus hostilem tyrannidem, quia lanceam non liceret, stylum vibrarem: asserens vobis non parum fo
re adjutorii, si quos armis non possum, litteris animarem. Distuli sane aliquandiu: non quod contemnenda videretur petitio, sed ne levis praecepsque culparetur assensio, si quod melius melior implere sufficeret, praesumerem imperitus, et res admodum necessaria per me minus forte commoda redderetur. 0921B Verum videns me longa satis hujuscemodi exspectatione frustratum, ne jam magis nolle, quam non posse viderer, tandem ego quidem quod potui feci: lector judicet, an satisfeci. Quanquam etsi cui forte aut minime placeat, aut non sufficiat; non tamen interest mea, qui tuae pro meo sapere non defui voluntati.
CAPUT PRIMUM. De laude novae militiae
1. Novum militiae genus ortum nuper auditur in terris, et in illa regione, quam olim in carne praesens visitavit Oriens ex alto: ut unde tunc in fortitudine manus suae tenebrarum principes exturbavit, inde et modo ipsorum satellites, filios diffidentiae, in manu fortium suorum dissipatos exterminet, faciens etiam 0921C nunc redemptionem plebis suae, et rursum erigens cornu salutis nobis in domo David pueri sui. Novum, inquam, militiae genus, et saeculis inexpertum: qua gemino pariter conflictu infatigabiliter decertatur, tum adversus carnem et sanguinem, tum contra spiritualia nequitiae in coelestibus. Et quidem ubi solis viribus corporis corporeo fortiter hosti resistitur, id quidem ego tam non judico mirum, quam nec rarum existimo. Sed et quando animi virtute vitiis sive daemoniis bellum indicitur, ne hoc quidem mirabile, etsi laudabile dixerim, cum plenus monachis cernatur mundus. Caeterum cum uterque homo suo quisque gladio potenter accingitur, suo 0922A cingulo nobiliter insignitur; quis hoc non aestimet omni admiratione dignissimum, quod adeo liquet esse insolitum? Impavidus profecto miles, et omni ex parte securus, qui ut corpus ferri, sic animum fidei lorica induitur. Utrisque nimirum munitus armis, nec daemonem timet, nec hominem. Nec vero mortem formidat, qui mori desiderat. Quid enim vel vivens, vel moriens metuat, cui vivere Christus est, et mori lucrum? Stat quidem fidenter libenterque pro Christo; sed magis cupit dissolvi, et esse cum Christo: hoc enim melius. Securi igitur procedite, milites, et intrepido animo inimicos crucis Christi propellite, certi quia neque mors, neque vita poterunt vos separare a charitate Dei, quae est in Christo Jesu; illud sane vobiscum in omni periculo 0922B replicantes: Sive vivimus, sive morimur, Domini sumus (Rom. XIV, 8). Quam gloriosi revertuntur victores de praelio! quam beati moriuntur martyres in praelio! Gaude, fortis athleta, si vivis et vincis in Domino: sed magis exsulta et gloriare, si moreris et jungeris Domino. Vita quidem fructuosa, et victoria gloriosa: sed utrique mors sacra jure praeponitur. Nam si beati qui in Domino moriuntur, num multo magis qui pro Domino moriuntur?
2. Et quidem sive in lecto, sive in bello quis moritur, pretiosa erit sine dubio in conspectu Domini mors sanctorum ejus. Caeterum in bello tanto profecto pretiosior, quanto et gloriosior. O vita secura, ubi pura conscientia! O, inquam, vita secura, ubi absque formidine 545 mors exspectatur, imo et 0922C exoptatur cum dulcedine, et excipitur cum devotione! O vere sancta et tuta militia, atque a duplici illo periculo prorsus libera, quo id hominum genus solet, frequenter periclitari, ubi duntaxat Christus non est causa militandi. Quoties namque congrederis tu, qui militiam militas saecularem, timendum omnino, ne aut occidas hostem quidem in corpore, te vero in anima: aut forte tu occidaris ab illo, et in corpore simul, et in anima. Ex cordis nempe affectu, non belli eventu, pensatur vel periculum, vel victoria christiani. Si bona fuerit causa pugnantis, pugnae exitus malus exitus esse non poterit; sicut nec bonus judicabitur finis, ubi causa non bona, et intentio 0923A non recta praecesserit. Si in voluntate alterum occidendi te potius occidi contigerit, moreris homicida. Quod si praevales, et voluntate superandi vel vindicandi forte occidis hominem, vivis homicida. Non autem expedit sive mortuo, sive vivo; sive victori, sive victo, esse homicidam. Infelix victoria, qua superans hominem, succumbis vitio. Et ira tibi aut superbia dominante, frustra gloriaris de homine superato. Est tamen qui nec ulciscendi zelo, nec vincendi typho, sed tantum evadendi remedio interficit hominem. Sed ne hanc quidem bonam dixerim victoriam: cum de duobus malis, in corpore quam in anima mori levius sit. Non autem quia corpus occiditur, etiam anima moritur: sed anima, quae peccaverit, ipsa morietur.
CAPUT II. De militia saeculari
0923B
3. Quis igitur finis fructusve saecularis hujus, non dico, militiae, sed malitiae; si et occisor letaliter peccat, et occisus aeternaliter perit? Enimvero, ut verbis utar Apostoli, Et qui arat, in spe debet arare; et qui triturat, in spe fructus percipiendi (I Cor. IX, 10). Quis ergo, o milites, hic tam stupendus error, quis furor hic tam non ferendus, tantis sumptibus ac laboribus militare, stipendiis vero nullis, nisi aut mortis, aut criminis? Operitis equos sericis, et pendulos nescio quos panniculos loricis superinduitis; depingitis hastas, clypeos et sellas; frena et calcaria auro et argento, gemmisque circumornatis: et cum tanta pompa pudendo furore et 0923C impudenti stupore ad mortem properatis. Militaria sunt haec insignia, an muliebria potius ornamenta? Numquid forte hostilis mucro reverebitur aurum, gemmis parcet, serica penetrare non poterit? Denique, quod ipsi saepius certiusque experimini, tria esse praecipue necessaria praelianti, ut scilicet strenuus industriusque miles et circumspectus sit ad se servandum, et expeditus ad discurrendum, et promptus ad feriendum: vos per contrarium in oculorum gravamen femineo ritu comam nutritis, longis ac profusis camisiis propria vobis vestigia obvolvitis, delicatas ac teneras manus amplis et circumfluentibus manicis sepelitis. Super haec omnia est, quod armati conscientiam magis terret, causa illa nimirum 0923D satis levis ac frivola, qua videlicet talis praesumitur et tam periculosa militia. Non sane inter vos aliud bella movet, litesque suscitat, nisi aut irrationabilis iracundiae motus, aut inanis gloriae appetitus, aut terrenae qualiscunque possessionis cupiditas. Talibus certe ex causis neque occidere, neque occumbere tutum est.
546 CAPUT III. De Militibus Christi.
0924A
4. At vero Christi milites securi praeliantur praelia Domini sui, nequaquam metuentes aut de hostium caede peccatum, aut de sua nece periculum: quandoquidem mors pro Christo vel ferenda, vel inferenda, et nihil habeat criminis, et plurimum gloriae mereatur. Hinc quippe Christo, inde Christus acquiritur: qui nimirum et libenter accipit hostis mortem pro ultione, et libentius praebet se ipsum militi pro consolatione. Miles, inquam, Christi securus interimit, interit securior. Sibi praestat cum interit, Christo cum interimit. Non enim sine causa gladium portat. Dei etenim minister est ad vindictam 0924B malefactorum, laudem vero bonorum. Sane cum occidit malefactorem, non homicida, sed, ut ita dixerim, malicida, et plane Christi vindex in his qui male agunt, et defensor Christianorum reputatur. Cum autem occiditur ipse, non periisse, sed pervenisse cognoscitur. Mors ergo quam irrogat, Christi est lucrum: quam excipit, suum. In morte pagani christianus gloriatur, quia Christus glorificatur: in morte christiani, Regis liberalitas aperitur, cum miles remunerandus educitur. Porro super illo laetabitur justus cum viderit vindictam. De isto dicet homo: Si utique est fructus justo: utique est Deus judicans eos in terra (Psal. LVII, 12). Non quidem vel Pagani necandi essent, si quo modo aliter possent a nimia infestatione seu oppressione fidelium 0924C cohiberi. Nunc autem melius est ut occidantur, quam certe relinquatur virga peccatorum super sortem justorum: ne forte extendant justi ad iniquitatem manus suas.
5. Quid enim? si percutere in gladio omnino fas non est Christiano, cur ergo praeco Salvatoris contentos fore suis stipendiis militibus indixit (Luc. III, 14); et non potius omnem eis militiam interdixit? Si autem (quod verum est) omnibus fas est, ad hoc ipsum duntaxat divinitus ordinatis, nec aliud sane quidquam melius professis; quibus, quaeso, potius, quam quorum manibus et viribus urbs fortitudinis nostrae Sion pro nostro omnium munimine retinetur? ut depulsis divinae transgressoribus legis, secura 0924D ingrediatur gens justa, custodiens veritatem. Secure proinde dissipentur gentes quae bella volunt, et abscindantur qui nos conturbant, et disperdantur de civitate Domini omnes operantes iniquitatem, qui repositas in Jerosolymis christiani populi inaestimabiles divitias tollere gestiunt, sancta polluere, et haereditate possidere sanctuarium Dei. Exeratur 0925A gladius uterque fidelium in cervices inimicorum, ad destruendam omnem altitudinem extollentem se adversus scientiam Dei, quae est christianorum fides; ne quando dicant gentes: ubi est Deus eorum? (Psal. CXIII, 2.)
6. Quibus expulsis revertetur ipse in haereditatem domumque suam, de qua iratus in Evangelio, Ecce, inquit, relinquetur vobis domus vestra deserta (Matth. XXIII, 38); et per prophetam ita conqueritur, Reliqui domum meam, dimisi haereditatem meam (Jerem. XII, 7): implebitque illud propheticum, Redemit Dominus populum suum, et liberavit eum: et venient et exsultabunt in monte Sion, et gaudebunt de bonis Domini (Jerem. XXXI, 11, 12). Laetare, Jerusalem, et cognosce jam tempus visitationis tuae. Gaudete et 0925B laudate simul, deserta Jerusalem, quia consolatus est Dominus populum suum, redemit Jerusalem; paravit Dominus brachium suum sanctum in oculis omnium gentium. Virgo Israel, corrueras, et non erat qui sublevaret te. Surge jam, excutere de pulvere, virgo, captiva filia Sion. Surge, inquam, et sta in excelso, et vide jucunditatem quae venit tibi a Deo tuo. Non vocaberis ultra 547 derelicta, et terra tua non vocabitur amplius desolata, quia complacuit Domino in te, et terra tua inhabitabitur. Leva in circuitu oculos tuos et vide: omnes isti congregati sunt, venerunt tibi. Hoc tibi auxilium missum de sancto. Omino per istos tibi jamjamque illa persolvitur antiqua promissio, Ponam te in superbiam saeculorum, gaudium in generatione et generationem, 0925C et suges lac gentium, et mammilla regum lactaberis (Isa. LX, 15, 16): et item, Sicut mater consolatur filios suos, ita et ego consolabor vos, et in Jerusalem consolabimini (Isa. LXVI, 13). Videsne quam crebra veterum attestatione nova approbatur militia, et quod sicut audivimus, sic videmus in civitate Domini virtutum? Dummodo sane spiritualibus non praejudicet sensibus litteralis interpretatio, quominus scilicet speremus in aeternum, quidquid huic tempori significando ex Prophetarum vocibus usurpamus: ne per id quod cernitur, evanescat quod creditur; et spei copias imminuat penuria rei, praesentiumque attestatio sit evacuatio futurorum. Alioquin terrenae civitatis temporalis gloria non 0925D destruit coelestia bona, sed astruit; si tamen istam minime dubitamus illius tenere figuram, quae in coelis et mater nostra. militantium, dicamus breviter Christi equitum mo-
CAPUT IV. De conversatione Militum Christi.
7. Sed jam ad imitationem seu ad confusionem nostrorum militum, non plane Deo, sed diabolo 0926A res et vitam; qualiter in bello domive conversentur: quo palam fiat, quantum ab invicem differant Dei saeculique militia. Primo quidem utrolibet disciplina non deest, obedientia nequaquam contemnitur, quia, teste Scriptura, et filius indisciplinatus peribit (Eccli. XXII, 3); et, peccatum est hariolandi repugnare, et quasi scelus idololatriae nolle acquiescere (I Reg. XV, 23). Itur, et reditur ad nutum ejus qui praeest: induitur quod ille donaverit; nec aliunde vestimentum seu alimentum praesumitur. Et in victu et vestitu cavetur omne superfluum, soli necessitati consulitur. Vivitur plane in communi jucunda et sobria conversatione, absque uxoribus, et absque liberis. Et ne quid desit ex evangelica perfectione absque omni proprio habitant unius moris in domo 0926B una, solliciti servare unitatem spiritus in vinculo pacis. Dicas universae multitudinis esse cor unum, et animam unam: ita quisque non omnino propriam sequi voluntatem, sed magis obsequi satagit imperanti. Nullo tempore aut otiosi sedent, aut curiosi vagantur: sed semper dum non procedunt (quod quidem raro contingit), ne gratis comedant panem, armorum seu vestimentorum vel scissa resarciunt, vel vetusta reficiunt, vel inordinata componunt, et quaeque postremo facienda magistri voluntas et communis indicit necessitas. Persona inter eos minime accipitur: defertur meliori, non nobiliori. Honore se invicem praeveniunt; alterutrum onera portant, ut sic adimpleant legem Christi. Verbum insolens, opus inutile, risus immoderatus, murmur 0926C vel tenue, sive susurrium nequaquam, ubi deprehenditur, relinquitur inemendatum. Scacos et aleas detestantur; abhorrent venationem: nec ludicra illa avium rapina (ut assolet) delectantur. Mimos, et magos, et fabulatores, scurrilesque cantilenas, atque ludorum spectacula, tanquam vanitates et insanias falsas respuunt et abominantur. Capillos tondent, scientes juxta Apostolum ignominiam esse viro, si comam nutrierit. Nunquam compti, raro loti, magis autem neglecto crine hispidi, pulvere foedi: lorica et caumate fusci.
8. Porro imminente bello, intus fide, foris ferro, non auro se muniunt: quatenus armati, et non ornati, 548 hostibus metum incutiant, non provocent 0926D avaritiam. Equos habere cupiunt fortes et veloces, non tamen coloratos aut phaleratos: pugnam quippe, non pompam, victoriam, sed non gloriam cogitantes, et studentes magis esse formidini quam admirationi. Deinde non turbulenti aut impetuosi, et quasi ex levitate praecipites, sed consulte atque cum omni cautela et providentia se ipsos ordinantes, et disponentes in aciem, juxta quod de patribus scriptum est. Veri profecto Israelitae procedunt ad bella pacifici. 0927A At vero ubi ventum fuerit ad certamen, tum demum pristina lenitate postposita, tanquam si dicerent. Nonne qui oderunt te, Domine, oderam, et super inimicos tuos tabescebam? (Psal. CXXXVIII, 21.) irruunt in adversarios, hostes velut oves reputant; nequaquam, etsi paucissimi, vel saevam barbariem, vel numerosam multitudinem formidantes. Noverunt siquidem non de suis praesumere viribus, sed de virtute Domini sabaoth sperare victoriam: cui nimirum facile esse confidunt, juxta sententiam Macchabaei, concludi multos in manus paucorum, et non esse differentiam in conspectu Dei coeli liberare in multis, et in paucis; quia non in multitudine exercitus est victoria belli, sed de coelo fortitudo est (I Macchab. III, 18, 19). Quod et frequentissime experti 0927B sunt, ita ut plerumque quasi persecutus sit unus mille, et duo fugarint decem millia. Ita denique miro quodam ac singulari modo cernuntur et agnis mitiores, et leonibus ferociores, ut pene dubitem quid potius censeam appellandos, monachos videlicet, an milites: nisi quod utrumque forsan congruentius nominarim, quibus neutrum deesse cognoscitur, nec monachi mansuetudo, nec militis fortitudo. De qua re quid dicendum, nisi quod a Domino factum est istud, et est mirabile in oculis nostris? Tales sibi elegit Deus, et collegit a finibus terrae ministros ex fortissimis Israel, qui veri lectulum Salomonis, sacrum scilicet sepulcrum, vigilanter fideliterque custodiant, omnes tenentes gladios, et ad bella doctissimi [al. fortissimi].
CAPUT V. De Templo.
0927C
9. Est vero templum Jerosolymis, in quo pariter habitant, antiquo et famosissimo illi Salomonis impar quidem structura, sed non inferius gloria. Siquidem universa illius magnificentia in corruptibilibus auro et argento, in quadratura lapidum et varietate lignorum continebatur: hujus autem omnis decor, et gratae venustatis ornatus, pia est habitantium religiositas, et ordinatissima conversatio. Illud variis exstitit spectandum coloribus: hoc diversis virtutibus et sanctis actibus venerandum. Domum quippe Dei decet sanctitudo (Psal. XCII, 5), qui non tam politis marmoribus, quam ornatis moribus 0927D delectatur, et puras diligit mentes super auratos parietes. Ornatur tamen hujus quoque facies templi, sed armis, non gemmis: et pro antiquis coronis aureis, circum pendentibus clypeis paries operitur; pro candelabris, thuribulis, atque urceolis, domus undique frenis, sellis, ac lanceis communitur. Plane his omnibus liquido demonstrantibus, eodem pro domo Dei fervere milites zelo, quo ipse quondam militum Dux vehementissime inflammatus armata illa sanctissima manu, non tamen ferro, sed flagello, quod fecerat de resticulis [al. funiculis], introivit in templum, negotiantes expulit, nummulariorum effudit aes, et cathedras vendentium columbas 0928A evertit (Joan. II, 15): indignissimum judicans, orationis domum hujuscemodi forensibus incestari [al infestari]. Tali proinde sui Regis permotus exemplo devotus exercitus, multo sane indignius, longeque intolerabilius arbitrans sancta pollui ab infidelibus, quam a mercatoribus incestari, in domo sancta 549 cum equis et armis commoratur; tamque ab ipsa, quam a caeteris sacris omni infidelitatis spurca et tyrannica rabie propulsata, ipsi in ea die noctuque tam honestis quam utilibus officiis occupantur. Honorant certatim Dei templum sedulis et sinceris obsequiis, jugi in eo devotione immolantes, non quidem veterum ritu pecudum carnes, sed vere hostias pacificas, fraternam dilectionem, devotam subjectionem, voluntariam paupertatem.
0928B 10. Haec Jerosolymis actitantur, et orbis excitatur. Audiunt insulae, et attendunt populi de longe, et ebulliunt ab Oriente et Occidente, tanquam torrens inundans gloriae gentium, et tanquam fluminis impetus laetificans civitatem Dei. Quodque cernitur jucundius, et agitur commodius, paucos admodum in tanta multitudine hominum illo confluere videas, nisi utique sceleratos et impios, raptores et sacrilegos, homicidas, perjuros, adulteros; de quorum profecto perfectione sicut duplex quoddam constat provenire bonum, ita duplicatur et gaudium; quandoquidem tam suos de suo discessu laetificant, quam illos de adventu quibus subvenire festinant. Prosunt quippe utrobique, non solum utique istos tuendo, sed etiam illos jam non opprimendo. Itaque 0928C laetatur Aegyptus in profectione eorum, cum tamen de protectione eorum nihilominus laetetur mons Sion, et exsultent filiae Judae. Illa quidem se de manu eorum, ista magis in manu eorum liberari se merito gloriatur. Illa libenter amittit crudelissimos sui vastatores: ista cum gaudio suscipit sui fidelissimos defensores; et unde ista dulcissime consolatur, inde illa aeque saluberrime desolatur. Sic Christus, sic novit ulcisci in hostes suos, ut non solum de ipsis, sed per ipsos quoque frequenter soleat tanto gloriosius, quanto et potentius triumphare. Jucunde sane et commode: ut quos diu pertulit oppugnatores magis jam propugnatores habere incipiat; faciatque de hoste militem, qui de Saulo quondam persecutore fecit Paulum praedicatorem (Act. IX). Quamobrem 0928D non miror, si etiam superna illa curia, juxta testimonium Salvatoris, exsultat magis super uno peccatore poenitentiam agente, quam super plurimis justis qui non indigent poenitentia, dum peccatoris et maligni tantis procul dubio prosit conversio, quantis et prior nocuerat conversatio.
11. Salve igitur, civitas sancta, quam ipse sanctificavit sibi tabernaculum suum Altissimus, quo tanta in te et per te generatio salvaretur. Salve, civitas Regis magni, ex qua nova et jucunda mundo miracula nullis pene temporibus defuere ab initio. Salve, domina gentium, princeps provinciarum, Patriarcharum possessio, Prophetarum mater et Apostolorum, 0929A initiatrix fidei, gloria populi christiani, quam Deus semper a principio propterea passus est oppugnari, ut viris fortibus sicut virtutis, ita fores occasio et salutis. Salve, terra promissionis, quae olim fluens lac et mel tuis duntaxat habitatoribus, nunc universo orbi remedia salutis, vitae porrigis alimenta. Terra, inquam, bona et optima, quae in fecundissimo illo sinu tuo ex arca paterni cordis coeleste granum suscipiens, tantas ex superno semine martyrum segetes protulisti, et nihilominus ex reliquo omnium fidelium genere fructum fertilis gleba tricesimum, et sexagesimum, et centesimum super omnem terram multipliciter procreasti. Unde et de magna multitudine dulcedinis tuae jucundissime 0929B satiati et opulentissime saginati, memoriam abundantiae suavitatis tuae ubique eructant qui te viderunt, et usque ad extremum terrae magnificentiam gloriae tuae loquuntur eis qui te non viderunt, et enarrant mirabilia quae in te fiunt. Gloriosa dicta sunt de te civitas Dei: sed jam ex his quibus affluis deliciis, nos quoque pauca proferamus in medium, ad laudem et gloriam nominis tui.
550 CAPUT VI. De Bethlehem.
12. Habes ante omnia in refectione animarum sanctarum Bethlehem domum panis, in qua primum is qui de coelo descenderat [al. descendit], pariente Virgine panis vivus apparuit. Monstratur piis ibidem jumentis praesepium, et in praesepio fenum 0929C de prato virginali, quo vel sic cognoscat bos possessorem suum, et asinus praesepe Domini sui. Omnis quippe caro fenum, et omnis gloria ejus ut flos feni (Isai. XL, 6). Porro homo quia suum, in quo factus est, honorem non intelligendo, comparatus est jumentis insipientibus, et similis factus est illis (Psal. XLVIII, 13); Verbum panis Angelorum factum est pabulum jumentorum, ut habeat carnis fenum quod ruminet, qui verbi pane vesci penitus dissuevit: quousque per hominem Deum priori redditus dignitati, et ex pecore rursus conversus in hominem, cum Paulo dicere possit, Etsi cognovimus Christum secundum carnem, sed nunc jam non novimus (II Cor. V, 16). Quod sane non arbitror quempiam dicere posse veraciter, nisi qui prius cum Petro ex 0929D ore Veritatis illud item audierit: Verba quae ego locutus sum vobis, spiritus et vita sunt; caro autem non prodest quidquam (Joan. VI, 64). Alioquin qui in verbis Christi vitam invenit, carnem jam non requirit, et est de numero beatorum qui non viderunt et crediderunt (Joan. XX, 29). Nec enim opus est vel lactis poculum, nisi parvulo; vel feni pabulum, nisi utique jumento. Qui autem non offendit in verbo, ille perfectus est vir, solido plane vesci cibo idoneus: et, licet in sudore vultus sui, panem verbi comedit, absque offensione. Sed et securus ac sine scandalo loquitur Dei sapientiam duntaxat inter perfectos, spiritualibus spiritualia comparans, cum tamen infantibus 0930A sive pecoribus cautus sit pro captu quidem eorum proponere tantummodo Jesum Christum, et hunc crucifixum. Unus tamen idemque cibus ex coelestibus pascuis suaviter quidem et ruminatur a pecore, et manducatur ab homine; et viro vires, et parvulo tribuit nutrimentum.
CAPUT VII. De Nazareth.
13. Cernitur et Nazareth, quae interpretatur flos, in qua is qui natus in Bethlehem erat, tanquam fructus in flore coalescens, nutritus est Deus infans: ut floris odor fructus saporem praecederet, ac de naribus Prophetarum, faucibus se Apostolorum liquor sanctus infunderet; Judaeisque tenui odore 0930B contentis, gustu solido reficeret Christianos. Senserat tamen hunc florem Nathanael, quod super omnia aromata suave redoleret. Unde et aiebat: A Nazareth potest aliquid boni esse? Sed nequaquam sola contentus fragrantia, respondentem sibi, Veni et vide (Joan. I, 46), Philippum secutus est. Imo vero mirae illius suavitatis admodum respersione delectatus, haustuque boni odoris factus saporis a vidior, odore ipso duce, ad fructum usque sine mora pervenire curavit, cupiens plenius experiri quod tenuiter praesenserat, praesensque degustare quod odoraverat absens. Videamus et de olfactu Isaac, ne forte aliquid, quod pertineat ad haec ipsa quae in manibus sunt, portenderit. Loquitur de illo Scriptura sic: Statimque ut sensit vestimentorum ejus 0930C fragrantiam (haud dubium quin Jacob), Ecce, inquit, odor filii mei sicut odor agri pleni, cui benedixit Dominus (Gen. XXVII, 27). Vestimenti fragrantiam sensit, sed vestiti praesentiam non agnovit: soloque vestis, tanquam floris odore, forinsecus delectatus, quasi fructus interioris dulcedinem non gustavit, dum et electi filii simul et sacramenti fraudatus cognitione remansit. Quo spectat hoc? Vestimentum profecto spiritus, littera est et caro Verbi. Sed ne nunc quidem Judaeus in carne Verbum, in homine scit deitatem; nec sub tegmine litterae sensum pervidet spiritualem: forisque palpans haedi pellem, quae similitudinem majoris, hoc est primi et antiqui peccatoris, expresserat, 551 ad nudam non pervenit veritatem. Non sane in carne peccati, sed in 0930D similitudine carnis peccati, qui peccatum non facere, sed tollere veniebat, apparuit, ea scilicet de causa quam ipse non tacuit, ut qui non vident videant, et qui vident caeci fiant (Joan. IX, 39). Hac ergo similitudine deceptus Propheta, caecus hodieque, quem nescit benedicit, dum quem lectitat in libris, ignorat et in miraculis: et quem propriis attrectat manibus, ligando, flagellando, colaphizando, minine tamen vel resurgentem [al. resurgendo] intelligit. Si enim cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (I Cor. II, 8). Percurramus succincto sermone et caetera loca sancta, et si non omnia, saltem aliqua: quoniam quae admirari per singula 0931A non sufficimus, libet vel insigniora, et ipsa breviter recordari.
CAPUT VIII. De monte Oliveti et valle Josaphat.
14. Ascenditur in montem Oliveti, descenditur in vallem Josaphat: ut sic divitias divinae misericordiae cogites, quatenus horrorem judicii nequaquam dissimules; quia etsi in multis miserationibus suis multus est ad ignoscendum, judicia tamen ejus nihilominus abyssus multa, quibus agnoscitur valde omnino terribilis super filios hominum. David denique qui montem Oliveti demonstrat, dicens, Homines et jumenta salvabis, Domine, quemadmodum multiplicasti misericordiam tuam, Deus; etiam judicii vallem in eodem psalmo 0931B commemorat, dicens. Non veniat mihi, inquiens, pes superbiae, et manus peccatoris non moveat me (Psal. XXXV, 7, 12). Cujus et praecipitium se omnino perhorrescere fatetur, cum in alio psalmo ita loquitur, orans: Confige timore tuo carnes meas, a judiciis enim tuis timui (Psal. CXVIII, 120). Superbus in hanc vallem corruit, et conquassatur: humilis descendit, et minime periclitatur. Superbus excusat peccatum suum: humilis accusat, sciens quia Deus non bis judicat in idipsum; et quod si nosmetipsos judicaverimus, non utique judicabimur (I Cor. XI, 31).
15. Porro superbus non attendens quam horrendum sit incidere in manus Dei viventis, facile prorumpit in verba malitiae ad excusandas excusationes 0931C in peccatis. Magna revera malitia, tui te non misereri, et solum post peccatum remedium confessionis a te ipso repellere, ignemque in sinu tuo involvere potius, quam excutere, nec praebere autem consilio Sapientis qui ait: Miserere animae tuae placens Deo (Eccli. XXX, 24). Proinde qui sibi nequam, cui bonus? Nunc judicium est mundi, nunc princeps hujus mundi ejicietur foras (Joan. 12, 31), hoc est de corde tuo, si te tamen humiliando ipse dijudicas. Erit judicium coeli, quando ipsum vocabitur coelum desursum, et terra discernere populum suum (Psal. XLIX, 4): in quo sane timendum, ne projiciaris tu cum ipso et angelis ejus, si tamen inventus fueris injudicatus. Alioquin spiritualis homo, qui omnia dijudicat, ipse a nemine judicabitur (I Cor. II, 15). 0931D Propter hoc ergo judicium incipit a domo Dei, ut suos, quos novit judex, cum venerit inveniat judicatos: et jam nil de eis habeat judicare, quando videlicet judicandi sunt hi qui in labore hominum non sunt, et cum hominibus non flagellantur (Psal. LXXII, 5).
CAPUT IX. De Jordane.
16. Quam laeto sinu Jordanis excipit Christianos, qui se Christi gloriatur consecratum baptismate! Mentitus est plane Syrus ille leprosus, qui nescio quas Damasci aquas aquis praetulit Israelis (IV Reg. V, 12), cum Jordanis nostri devotus Deo famulatus toties probatus exstiterit, sive quando Eliae, sive quando Elisaeo (IV Reg. II), sive etiam (ut antiquius aliquid recolam) 0932A quando Josue et omni populo simul, impetum mirabiliter inhibens, siccum in se transitum praebuit (Josue. III). Denique quid in fluminibus isto eminentius, quod ipsa sui [al. sibi] Trinitas quadam evidenti praesentia dedicavit? Pater auditus, visus Spiritus sanctus, Filius est et baptizatus. Merito proinde 552 ipsam ejus virtutem, quam Naaman ille consulente propheta sensit in corpore (IV Reg. V, 14), jubente Christo universus quoque fidelis populus in anima experitur.
CAPUT X. De loco Calvariae.
17. Exitur etiam in Calvariae locum, ubi verus Elisaeus ab insensatis pueris irrisus, risum suis insinuavit aeternum, de quibus ait: Ecce ego, et pueri 0932B mei, quos mihi dedit Dominus (Isai. VIII, 18). Boni pueri, quos per contrarium illorum malignantium ad laudem excitat Psalmista, dicens, Laudate, pueri, Dominum, laudate nomen Domini (Psal. CXII, 1), quatenus in ore sanctorum infantium et lactentium perficeretur laus, quae ex ore defecerat invidorum, eorum utique, de quibus queritur ita: Filios enutrivi et exaltavi, ipsi autem spreverunt me (Isai. I, 2). Ascendit itaque crucem calvus noster, mundo pro mundo expositus: et revelata facie ac discooperta fronte purgationem peccatorum faciens, probrosae et austerae mortis tam non erubuit ignominiam, quam nec poenam exhorruit, ut nos opprobrio sempiterno eriperet, restitueret gloriae. Nec mirum. Quid enim erubesceret, 0932C qui ita lavit nos a peccatis, non quidem ut aqua diluens et retinens sordes, sed veluti solis radius desiccans et retinens puritatem? Est quippe Dei sapientia ubique attingens propter munditiam suam.
CAPUT XI. De Sepulcro
18. Inter sancta ac desiderabilia loca sepulcrum tenet quodammodo principatum, et devotionis plus nescio quid sentitur, ubi mortuus requievit, quam ubi vivens conversatus est; atque amplius movet ad pietatem mortis, quam vitae recordatio. Puto quod illa austerior, haec dulcior videatur: magisque infirmitati blandiatur humanae quies dormitionis, 0932D quam labor conversationis; mortis securitas, quam vitae rectitudo. Vita Christi, vivendi mihi regula exstitit: mors, a morte redemptio. Illa vitam instruxit, mortem ista destruxit. Vita quidem laboriosa, sed mors pretiosa; utraque vero admodum necessaria. Quid enim Christi prodesse poterat, sive mors nequiter viventi, sive vita damnabiliter morienti? Nunquid denique aut mors Christi etiam nunc male usque ad mortem viventes a morte aeterna liberat, aut mortuos ante Christum sanctos patres vitae sanctitas liberavit? sicut scriptum est, Quis est homo qui vivet, et non videbit mortem, eruet animam suam de manu inferi? (Psal. LXXXVIII, 49)? Nunc ergo quia utrumque nobis pariter necessarium erat, et pie vivere, et 0933A secure mori; et vivendo vivere docuit, et mortem moriendo securam reddidit: quoniam quidem resurrecturus occubuit, et spem fecit morientibus resurgendi. Sed addidit et tertium beneficium, cum etiam peccata donavit, sine quo utique caetera non valebant. Quid enim (quantum quidem ad veram summamque beatitudinem spectat) quantalibet vitae rectitudo seu longitudo prodesse poterat illi, qui vel solo originali peccato teneretur adstrictus? Peccatum quippe praecessit, ut sequeretur mors: quod sane si cavisset homo, mortem non gustasset in aeternum.
19. Peccando itaque vitam amisit, et mortem invenit: quoniam quidem et Deus ita praedixerat, 0933B et justum profecto erat, ut si peccaret homo, moreretur. Quid namque justius poterat quam recipere talionem? Vita siquidem Deus animae est, ipsa corporis. Peccando voluntarie, volens perdidit vivere: nolens perdat et vivificare. Sponte repulit vitam cum vivere noluit; non valeat eam dare cui, vel quatenus voluerit. Noluit anima regi a Deo: non queat regere corpus. Si non paret superiori, inferiori cur imperet? Invenit Conditor suam sibi rebellem creaturam: inveniat anima suam sibi rebellem pedissequam. Transgressor inventus est homo divinae legis: inveniat et ipse aliam legem in membris suis, repugnantem legi 553 mentis suae, et captivantem se in legem peccati (Rom. VII, 23). Porro peccatum, ut scriptum est, separat inter nos 0933C et Deum (Isai. LIX, 2): separet proinde etiam mors inter corpus nostrum et nos. Non potuit dividi a Deo anima nisi peccando, nec corpus ab ipsa nisi moriendo. Quid itaque austerius pertulit in ultione, id solum passa a subdito, quod praesumpserat in auctorem? Nihil profecto congruentius, quam ut mors operata sit mortem, spiritualis corporalem, culpabilis poenalem, voluntaria necessariam.
20. Cum ergo hac gemina morte secundum utramque naturam homo damnatus fuisset, altera quidem spirituali et voluntaria, altera corporali et necessaria; utrique Deus homo una sua corporali ac voluntaria benigne et potenter occurrit, illaque una sua nostram utramque damnavit. Merito quidem: nam ex duabus mortibus nostris, cum altera nobis 0933D in culpae meritum, altera in poenae debitum reputaretur; suscipiens poenam, et nesciens culpam, dum sponte et tantum in corpore moritur et vitam nobis, et justitiam promeretur. Alioquin si corporaliter non pateretur, debitum non solvisset: si non voluntarie moreretur, meritum mors illa non habuisset. Nunc autem si, ut dictum est, mortis meritum est peccatum, et peccati debitum mors; Christo remittente peccatum, et moriente pro peccatoribus, profecto jam nullum est meritum, et solutum est debitum.
21. Caeterum unde scimus, quod Christus possit peccata dimittere? Hinc procul dubio, quia Deus est, et quidquid vult, potest. Unde autem et quod Deus sit? Miracula probant. Facit quippe opera, quae nemo alius facere possit: ut taceam oracula Prophetarum, 0934A necnon et paternae vocis testimonium elapsae coelitus ad ipsum a magnifica gloria. Quod si Deus pro nobis, quis contra nos? Deus qui justificat, quis est qui condemnet? Si ipse est et non alius, cui quotidie confitemur dicentes: Tibi soli peccavi (Psal. L, 6); quis melius, imo quis alius remittere potest quod in eum peccatum est? Aut quomodo ipse non potest, qui omnia potest? Denique ego quod in me delinquitur valeo, si volo, donare: et Deus non queat in se commissa remittere? Si ergo peccata remittere et possit, omnipotens, et solus possit, cui soli peccatur; beatus profecto, cui non imputabit ipse peccatum. Itaque cognovimus, quod peccata Christus divinitatis suae potentia valuit relaxare.
22. Porro jam de voluntate quis dubitet? Qui enim 0934B nostram et induit carnem, et subiit mortem; putas, suam nobis negabit justitiam? Voluntarie incarnatus, voluntarie passus, voluntarie crucifixus, solam a nobis retinebit justitiam? Quod ergo ex deitate constat illum potuisse, ex humanitate innotuit et voluisse. Sed unde rursum confidimus quod mortem abstulit? Hinc plane, quod eam ipse qui non meruit, pertulit. Qua enim ratione iterum exigeretur a nobis, quod pro nobis ille jam solvit? Qui peccati meritum tulit, suam nobis donando justitiam; ipse mortis debitum solvit et reddidit vitam. Sic namque mortua morte revertitur vita, quemadmodum ablato peccato redit justitia. Porro mors in Christi morte fugatur, et Christi nobis justitia imputatur. Verum quomodo mori potuit qui Deus erat? Quoniam nimirum et homo 0934C erat. Sed quo pacto mors hominis illius pro altero valuit? Quia et justus erat. Profecto namque cum homo esset, potuit mori; cum justus, non debuit gratis. Non quidem peccator mortis sufficit solvere debitum pro altero peccatore, cum quisque moriatur pro se. Qui autem mori pro se non habet, nunquid pro alio frustra debet? Quanto sane indignius moritur qui mortem non meruit, tanto is justius pro quo moritur, vivit.
23. Sed quae, inquis, justitia est, ut innocens moriatur pro impio? Non est justitia, sed misericordia. Si justitia esset, jam non gratis, sed ex debito moreretur. Si ex debito, ipse quidem moreretur: sed is pro quo moreretur, non viveret. At vero si justitia 0934D non est, non tamen contra justitiam est. Alioquin et justus, et misericors simul esse non posset. Sed etsi justus 554 non injuste pro peccatore satisfacere valeat, quo tamen pacto etiam unus pro pluribus? Etenim satis esse videretur ad justitiam, si unus uni moriens vitam restituat. Huic jam respondeat Apostolus. Sicut enim, inquit, per unius delictum, in omnes homines, in condemnationem; sic et per unius justitiam, in omnes homines, in justificationem vitae. Sicut enim per inobedientiam unius hominis peccatores constituti sunt multi, ita et per unius hominis obedientiam justi constituentur multi (Rom. V, 18, 19). Sed forte unus pluribus justitiam quidem restituere potuit, vitam non potuit. Per unum, ait, hominem mors, et per unum hominem vita. Sicut 0935A enim in Adam omnes moriuntur, ita et in Christo omnes vivificabuntur (I Cor. XV, 21, 22). Quid enim? Unus peccavit, et omnes tenentur rei; et unius innocentia soli reputabitur uni [al. innocenti]? Unius peccatum omnibus operatum est mortem, et unius justitia uni vitam restituet? Itane Dei justitia magis ad condemnandum, quam ad restaurandum valuit? aut plus potuit Adam in malo, quam Christus in bono? Adae peccatum imputabitur mihi, et Christi justitia non pertinebit ad me? Illius me inobedientia perdidit, et hujus obedientia non proderit mihi?
24. Sed Adae, inquis, delictum merito omnes contrahimus, in quo quippe omnes peccavimus: quoniam cum peccavit, in ipso eramus, et ex ejus carne per carnis concupiscentiam geniti sumus. Atqui ex 0935B Deo multo germanius secundum spiritum nascimur, quam secundum carnem ex Adam; secundum quem etiam spiritum longe ante fuimus in Christo, quam secundum carnem in Adam: si tamen et nos inter illos numerari confidimus, de quibus Apostolus, Qui elegit nos, inquit, in ipso (haud dubium quin Pater in Filio) ante mundi constitutionem (Ephes. I, 4). Quod autem etiam ex Deo nati sunt, testatur evangelista Joannes, ubi ait, Qui non ex sanguinibus, neque ex voluntate carnis, neque ex voluntate viri, sed ex Deo nati sunt (Joan. I, 13): item ipse in Epistola, Omnis qui natus est ex Deo, non peccat, quia generatio coelestis conservat eum (I Joan. III, 9). At carnis traducem, ais, carnalis testatur concupiscentia: et peccatum quod in carne sentimus, manifeste probat, quod 0935C secundum carnem de carne peccatoris descendimus. Sed enim nihilominus spiritualis illa generatio, non quidem in carne, sed in corde sentitur ab his duntaxat qui cum Paulo dicere possunt, Nos autem sensum Christi habemus (I Cor. II, 16); in quo et eatenus profecisse se sentiunt, ut et ipsi cum omni fiducia dicant, Ipse enim spiritus testimonium reddit spiritui nostro, quod sumus filii Dei (Rom. VIII, 16): et illud, Nos autem non spiritum hujus mundi accepimus, sed spiritum qui ex Deo est, ut sciamus quae a Deo donata sunt nobis (I Cor. II, 12). Per spiritum ergo qui ex Deo est, charitas diffusa est in cordibus nostris: sicut et per carnem quae est ex Adam, manat concupiscentia nostris insita membris. Et quomodo ista 0935D quae a progenitore corporum descendit, nunquam in hac vita mortali a carne recidit; sic illa procedens ex Patre spirituum, ab intentione filiorum duntaxat perfectorum nunquam excidit.
25. Si ergo ex Deo nati, et in Christo electi sumus: quaenam justitia est, ut plus noceat humana atque terrena, quam valeat divina coelestisque generatio; Dei electionem vincat carnalis successio, et aeterno ejus proposito carnis praescribat temporaliter traducta concupiscentia? Quinimo si per unum hominem mors, cur non multo magis per unum, et illum hominem vita? Et si in Adam omnes morimur, cur non longe potentius in Christo omnes vivificabimur? Denique non sicut delictum, ita et donum. Nam judicium ex uno in condemnationem; gratia autem ex multis delictis 0936A in justificationem (Rom. V, 15, 16). Christus igitur et peccata dimittere potuit, cum Deus sit; et mori, cum sit homo; et mortis moriendo solvere debitum, quia justus; et omnibus unus ad justitiam vitamque sufficere, quandoquidem et peccatum, et mors ex uno in omnes processerit.
26. Sed hoc quoque necessarie omnino provisum est, quod dilata morte homo inter homines dignatus est aliquandiu conversari: quatenus crebris et veris 555 locutionibus ad invisibilia excitaret, miris operibus astrueret fidem, rectis moribus instrueret. Itaque in oculis hominum Deus homo sobrie, et juste, et pie conversatus, vera locutus, mira operatus, indigna passus, in quo jam defuit nobis ad salutem? Accedat et gratia remissionis peccatorum, hoc est, 0936B ut gratis peccata dimittat: et opus profecto nostrae salutis consummatum est. Non autem metuendum, quod donandis peccatis aut potestas Deo, aut voluntas passo, et tanta passo pro peccatoribus desit: si tamen solliciti inveniamur digne, ut oportet, et imitari exempla, et venerari miracula; doctrinae quoque non existamus increduli, et passionibus non ingrati.
27. Itaque totum nobis de Christo valuit, totum salutiferum, totumque necessarium fuit, nec minus profuit infirmitas quam majestas: quia etsi ex deitatis potentia peccati jugum jubendo submovit, ex carnis tamen infirmitate mortis jura moriendo concussit. Unde pulchre ait Apostolus: Quod infirmum est Dei, fortius est hominibus. 0936C Sed et illa ejus stultitia, per quam ei placuit salvum facere mundum, ut mundi confutaret sapientiam, confunderet sapientes; quod videlicet cum in forma Dei esset, Deo aequalis, semetipsum exinanivit formam servi accipiens; quod dives cum esset, propter nos egenus factus est, de magno parvus, de celso humilis, infirmus de potente; quod esuriit, quod sitiit, quod fatigatus est in itinere, et caetera quae passus est voluntate, non necessitate: haec ergo ipsius quaedam stultitia, nonne fuit nobis via prudentiae, justitiae forma, sanctitatis exemplum? Ob hoc item Apostolus: Quod stultum est, inquit, Dei, sapientius est hominibus (I Cor. I, 25). Mors ergo a morte, vita ab errore, a peccato gratia liberavit. Et quidem mors per justitiam suam peregit 0936D victoriam: quia justus exsolvendo quae non rapuit, jure omnino quod amiserat recepit. Vita vero quod ad se pertinuit, per sapientiam adimplevit, quae nobis vitae et disciplinae documentum ac speculum exstitit. Porro gratia ex illa, ut dictum est, potestate peccata dimisit, qua omnia quaecunque voluit, fecit. Mors itaque Christi, mors est meae mortis: quia ille mortuus est, ut ego viverem. Quo pacto enim jam non vivat, pro quo moritur Vita? Aut quis jam in via morum, seu rerum notitia errare timebit duce Sapientia? Aut unde jam reus tenebitur, quem absolvit Justitia? Vitam quidem se ipse perhibet in Evangelio: Ego sum, inquiens, vita (Joan. XIV, 6). Porro duo sequentia testatur 0937A Apostolus, dicens: Qui factus est nobis justitia et sapientia a Deo Patre (I Cor. I, 30).
28. Si ergo lex spiritus vitae in Christo Jesu liberavit nos a lege peccati et mortis, utquid adhuc morimur, et non statim immortalitate vestimur? Sane ut Dei veritas impleatur. Quia enim misericordiam et veritatem diligit Deus (Psal. LXXXIII, 12), necesse est mori quidem hominem, quippe quod praedixerat Deus: sed a morte tamen resurgere, ne obliviscatur misereri Deus. Ita ergo mors etsi non perpetuo dominatur, manet tamen propter veritatem Dei vel ad tempus in nobis: quemadmodum peccatum, etsi jam non regnat in nostro mortali corpore, non tamen deest penitus nobis. Proinde Paulus ex parte quidem liberatum se a lege peccati 0937B et mortis gloriatur; sed rursum se utraque nihilominus lege aliqua gravari ex parte conqueritur, sive cum adversus peccatum miserabiliter clamat, Invenio aliam legem in membris meis (Rom. VI, 23), et caetera; sive cum ingemiscit gravatus, haud dubium quin lege mortis, redemptionem exspectans corporis sui (Rom., VIII, 23).
29. Sive itaque haec, sive alia quaecunque in hunc modum, prout in talibus in suo quisque abundat sensu, ex occasione sepulcri christianis sensibus suggerantur: puto quod non mediocris dulcedo devotionis infundatur cominus intuenti; nec parum proficitur cernendo etiam corporalibus oculis corporalem locum dominicae quietis. Etsi quippe jam vacuum sacris membris, plenum tamen nostris et 0937C jucundis admodum sacramentis. Nostris, inquam, nostris, si tamen tam ardenter amplectimur, quam indubitanter tenemus 556 quod Apostolus ait: Consepulti enim sumus per Baptismum in mortem, ut quomodo surrexit Christus a mortuis per gloriam Patris, ita et nos in novitate vitae ambulemus. Si enim complantati facti sumus similitudini mortis ejus, simul et resurrectionis erimus (Rom. VI, 4, 5). Quam dulce est peregrinis post multam longi itineris fatigationem, post plurima terrae marisque pericula, ibi tandem quiescere, ubi et agnoscunt suum Dominum quievisse! Puto jam prae gaudio non sentiunt viae laborem, nec gravamen reputant expensarum; sed tanquam laboris praemium, cursusve 0937D bravium assecuti, juxta Scripturae sententiam, gaudent vehementer cnm invenerint sepulcrum (Job. III, 22). Nec casu vel subito, aut veluti lubrica popularis favoris opinione, id tam celebre nomen sepulcrum nactum esse putetur, cum hoc ipsum tantis retro temporibus Isaias tam aperte praedixerit: Et erit, inquit, in die illa radix Jesse, qui stat in signum populorum, ipsum gentes deprecabuntur, et erit sepulcrum ejus gloriosum (Isa. XI, 10). Revera ergo impletum cernimus quod legimus prophetatum, novum quidem intuenti, sed legenti antiquum: ut sic adsit de novitate jucunditas, ut de vetustate non desit auctoritas. Et de sepulcro ista sufficiant.
CAPUT XII. De Bethphage.
0938A
30. Quid de Bethphage dicam, viculo sacerdotum, quem pene praeterieram, ubi et confessionis sacramentum, et sacerdotalis ministerii mysterium continetur? Bethphage quippe Domus buccae interpretatur. Scriptum est autem: Prope est verbum in ore tuo, et in corde tuo (Deut. XXX, 14). Non in altero tantum, sed simul in utroque verbum habere memineris. Et quidem verbum in corde peccatoris operatur salutiferam contritionem: verbum vero in ore noxiam tollit confusionem, ne impediat necessariam confessionem. Ait enim Scriptura: Est pudor adducens peccatum, et est pudor adducens gloriam (Eccli. IV, 25). Bonus pudor est, quo peccasse, 0938B aut certe peccare confunderis: et omnis licet humanus arbiter forte absit, divinum tamen quam humanum tanto verecundius revereris aspectum, quanto et verius Deum quam hominem cogitas puriorem [al. praesentiorem]: tantoque eum gravius offendi a peccante, quanto constat longius ab illo esse omne peccatum. Hujuscemodi procul dubio pudor fugat opprobrium, parat gloriam, dum aut peccatum omnino non admittit, aut certe admissum et poenitendo punit, et confitendo expellit: si tamen gloria etiam nostra haec est, testimonium conscientiae nostrae. Quod si quispiam confiteri confunditur id quoque, unde compungitur, talis pudor peccatum adducit, et gloriam de conscientia perdit, quando malum quod ex profundo cordis compunctio conatur expellere, 0938C pudor ineptus obstruso labiorum ostio non permittit exire; cum eum exemplo David dicere potius oporteret: Et labia mea non prohibebo, Domine, tu scisti (Psal. XXXIX, 10). Qui et seipsum redarguens, puto super hujuscemodi stulto et irrationabili pudore, Quoniam tacui, inquit, inveteraveverunt ossa mea (Psal. XXXI, 3). Unde et optat ostium poni circumstantiae labiis suis (Psal. CXL, 3), ut oris januam et aperire confessioni, et defensioni claudere norit. Denique et aperte hoc ipsum orans petit a Domino, sciens nimirum, quia confessio et magnificentia opus ejus (Psal. CX, 3). Et quod videlicet nostram malitiam, et quod aeque divinae bonitatis et virtutis magnificentiam minime tacemus, magnum 0938D quidem geminae confessionis bonum, sed Dei est donum. Ait itaque: Non declines cor meum in verba malitiae ad excusandas excusationes in peccatis (Psal. CXL, 4). Quamobrem ministros verbi sacerdotes caute necesse est ad utrumque vigilare sollicitos, quo videlicet delinquentium cordibus tanto moderamine verbum timoris et contritionis infligant, quatenus eos nequaquam a verbo confessionis exterreant; sic corda aperiant, ut ora non obstruant; sed nec absolvant etiam compunctum, nisi viderint et confessum: quandoquidem corde creditur ad justitiam, ore autem confessio fit ad salutem. Alioquin a mortuo, tanquam 557 qui non est, perit confessio (Eccli. XVII, 26). Quisquis igitur verbum in ore habet, et in corde non habet, aut dolosus est, aut vanus: 0939A quisquis vero in corde, et non in ore, aut superbus est, aut timidus.
CAPUT XIII. De Bethania.
31. Sane non omnino (etsi multum festinem) debeo transire silenter domum obedientiae, Bethaniam videlicet, castellum Mariae et Marthae, in quo Lazarus est resuscitatus: ubi nimirum et utriusque vitae figura, et Dei erga peccatores mira clementia, necnon et virtus obedientiae una cum fructibus poenitentiae commendatur. Hoc ergo in loco breviter intimatum sufficiat, quod quidem nec studium bonae actionis, nec otium sanctae contemplationis, nec lacrymae poenitentis extra Bethaniam accepta esse poterunt illi, qui tanti habuit obedientiam, ut vitam quam 0939B ipsam perdere maluerit, factus obediens Patri usque ad mortem. Hae sunt illae profecto divitiae, quas sermo propheticus ex verbo Domini pollicetur: Consolabitur, inquiens, Dominus Sion, et consolabitur omnes ruinas ejus; et ponet desertum ejus quasi 0940A delicias, et solitudinem ejus quasi hortum Domini. gaudium et laetitia invenietur in ea, gratiarum actio, et vox laudis (Isa. LI, 3). Haec igitur orbis deliciae, hic thesaurus coelestis, haec fidelium haereditas populorum, vestrae sunt, charissimi, credita fidei, vestrae prudentiae et fortitudini commendata. Tunc autem coeleste depositum secure et fideliter custodire sufficitis, si nequaquam de ipsa vestra prudentia vel fortitudine, sed de Dei tantum adjutorio ubique praesumitis, scientes quia non in fortitudine sua roborabitur vir, et ideo dicentes cum propheta: Dominus firmamentum meum, et refugium meum, et liberator meus (Psal. XVII, 2): et illud, Fortitudinem meam ad te custodiam, quia Deus susceptor meus; Deus meus, misericordia ejus praeveniet me (Psal. LVIII, 0940B 10, 11); et item: Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam (Psal. CXIII, 9): ut in omnibus sit ipse benedictus, qui docet manus vestras ad praelium, et digitos vestros ad bellum (Psal. CXLIII, 1)
Semel, et secundo, et tertio, ni fallor, petiisti a me, Hugo charissime, ut tibi tuisque commilitonibus scriberem exhortationis sermonem; et adversus hostilem tyrannidem, quia lanceam non liceret, stylum vibrarem: asserens vobis non parum fo
re adjutorii, si quos armis non possum, litteris animarem. Distuli sane aliquandiu: non quod contemnenda videretur petitio, sed ne levis praecepsque culparetur assensio, si quod melius melior implere sufficeret, praesumerem imperitus, et res admodum necessaria per me minus forte commoda redderetur. 0921B Verum videns me longa satis hujuscemodi exspectatione frustratum, ne jam magis nolle, quam non posse viderer, tandem ego quidem quod potui feci: lector judicet, an satisfeci. Quanquam etsi cui forte aut minime placeat, aut non sufficiat; non tamen interest mea, qui tuae pro meo sapere non defui voluntati.
CAPUT PRIMUM. De laude novae militiae
1. Novum militiae genus ortum nuper auditur in terris, et in illa regione, quam olim in carne praesens visitavit Oriens ex alto: ut unde tunc in fortitudine manus suae tenebrarum principes exturbavit, inde et modo ipsorum satellites, filios diffidentiae, in manu fortium suorum dissipatos exterminet, faciens etiam 0921C nunc redemptionem plebis suae, et rursum erigens cornu salutis nobis in domo David pueri sui. Novum, inquam, militiae genus, et saeculis inexpertum: qua gemino pariter conflictu infatigabiliter decertatur, tum adversus carnem et sanguinem, tum contra spiritualia nequitiae in coelestibus. Et quidem ubi solis viribus corporis corporeo fortiter hosti resistitur, id quidem ego tam non judico mirum, quam nec rarum existimo. Sed et quando animi virtute vitiis sive daemoniis bellum indicitur, ne hoc quidem mirabile, etsi laudabile dixerim, cum plenus monachis cernatur mundus. Caeterum cum uterque homo suo quisque gladio potenter accingitur, suo 0922A cingulo nobiliter insignitur; quis hoc non aestimet omni admiratione dignissimum, quod adeo liquet esse insolitum? Impavidus profecto miles, et omni ex parte securus, qui ut corpus ferri, sic animum fidei lorica induitur. Utrisque nimirum munitus armis, nec daemonem timet, nec hominem. Nec vero mortem formidat, qui mori desiderat. Quid enim vel vivens, vel moriens metuat, cui vivere Christus est, et mori lucrum? Stat quidem fidenter libenterque pro Christo; sed magis cupit dissolvi, et esse cum Christo: hoc enim melius. Securi igitur procedite, milites, et intrepido animo inimicos crucis Christi propellite, certi quia neque mors, neque vita poterunt vos separare a charitate Dei, quae est in Christo Jesu; illud sane vobiscum in omni periculo 0922B replicantes: Sive vivimus, sive morimur, Domini sumus (Rom. XIV, 8). Quam gloriosi revertuntur victores de praelio! quam beati moriuntur martyres in praelio! Gaude, fortis athleta, si vivis et vincis in Domino: sed magis exsulta et gloriare, si moreris et jungeris Domino. Vita quidem fructuosa, et victoria gloriosa: sed utrique mors sacra jure praeponitur. Nam si beati qui in Domino moriuntur, num multo magis qui pro Domino moriuntur?
2. Et quidem sive in lecto, sive in bello quis moritur, pretiosa erit sine dubio in conspectu Domini mors sanctorum ejus. Caeterum in bello tanto profecto pretiosior, quanto et gloriosior. O vita secura, ubi pura conscientia! O, inquam, vita secura, ubi absque formidine 545 mors exspectatur, imo et 0922C exoptatur cum dulcedine, et excipitur cum devotione! O vere sancta et tuta militia, atque a duplici illo periculo prorsus libera, quo id hominum genus solet, frequenter periclitari, ubi duntaxat Christus non est causa militandi. Quoties namque congrederis tu, qui militiam militas saecularem, timendum omnino, ne aut occidas hostem quidem in corpore, te vero in anima: aut forte tu occidaris ab illo, et in corpore simul, et in anima. Ex cordis nempe affectu, non belli eventu, pensatur vel periculum, vel victoria christiani. Si bona fuerit causa pugnantis, pugnae exitus malus exitus esse non poterit; sicut nec bonus judicabitur finis, ubi causa non bona, et intentio 0923A non recta praecesserit. Si in voluntate alterum occidendi te potius occidi contigerit, moreris homicida. Quod si praevales, et voluntate superandi vel vindicandi forte occidis hominem, vivis homicida. Non autem expedit sive mortuo, sive vivo; sive victori, sive victo, esse homicidam. Infelix victoria, qua superans hominem, succumbis vitio. Et ira tibi aut superbia dominante, frustra gloriaris de homine superato. Est tamen qui nec ulciscendi zelo, nec vincendi typho, sed tantum evadendi remedio interficit hominem. Sed ne hanc quidem bonam dixerim victoriam: cum de duobus malis, in corpore quam in anima mori levius sit. Non autem quia corpus occiditur, etiam anima moritur: sed anima, quae peccaverit, ipsa morietur.
CAPUT II. De militia saeculari
0923B
3. Quis igitur finis fructusve saecularis hujus, non dico, militiae, sed malitiae; si et occisor letaliter peccat, et occisus aeternaliter perit? Enimvero, ut verbis utar Apostoli, Et qui arat, in spe debet arare; et qui triturat, in spe fructus percipiendi (I Cor. IX, 10). Quis ergo, o milites, hic tam stupendus error, quis furor hic tam non ferendus, tantis sumptibus ac laboribus militare, stipendiis vero nullis, nisi aut mortis, aut criminis? Operitis equos sericis, et pendulos nescio quos panniculos loricis superinduitis; depingitis hastas, clypeos et sellas; frena et calcaria auro et argento, gemmisque circumornatis: et cum tanta pompa pudendo furore et 0923C impudenti stupore ad mortem properatis. Militaria sunt haec insignia, an muliebria potius ornamenta? Numquid forte hostilis mucro reverebitur aurum, gemmis parcet, serica penetrare non poterit? Denique, quod ipsi saepius certiusque experimini, tria esse praecipue necessaria praelianti, ut scilicet strenuus industriusque miles et circumspectus sit ad se servandum, et expeditus ad discurrendum, et promptus ad feriendum: vos per contrarium in oculorum gravamen femineo ritu comam nutritis, longis ac profusis camisiis propria vobis vestigia obvolvitis, delicatas ac teneras manus amplis et circumfluentibus manicis sepelitis. Super haec omnia est, quod armati conscientiam magis terret, causa illa nimirum 0923D satis levis ac frivola, qua videlicet talis praesumitur et tam periculosa militia. Non sane inter vos aliud bella movet, litesque suscitat, nisi aut irrationabilis iracundiae motus, aut inanis gloriae appetitus, aut terrenae qualiscunque possessionis cupiditas. Talibus certe ex causis neque occidere, neque occumbere tutum est.
546 CAPUT III. De Militibus Christi.
0924A
4. At vero Christi milites securi praeliantur praelia Domini sui, nequaquam metuentes aut de hostium caede peccatum, aut de sua nece periculum: quandoquidem mors pro Christo vel ferenda, vel inferenda, et nihil habeat criminis, et plurimum gloriae mereatur. Hinc quippe Christo, inde Christus acquiritur: qui nimirum et libenter accipit hostis mortem pro ultione, et libentius praebet se ipsum militi pro consolatione. Miles, inquam, Christi securus interimit, interit securior. Sibi praestat cum interit, Christo cum interimit. Non enim sine causa gladium portat. Dei etenim minister est ad vindictam 0924B malefactorum, laudem vero bonorum. Sane cum occidit malefactorem, non homicida, sed, ut ita dixerim, malicida, et plane Christi vindex in his qui male agunt, et defensor Christianorum reputatur. Cum autem occiditur ipse, non periisse, sed pervenisse cognoscitur. Mors ergo quam irrogat, Christi est lucrum: quam excipit, suum. In morte pagani christianus gloriatur, quia Christus glorificatur: in morte christiani, Regis liberalitas aperitur, cum miles remunerandus educitur. Porro super illo laetabitur justus cum viderit vindictam. De isto dicet homo: Si utique est fructus justo: utique est Deus judicans eos in terra (Psal. LVII, 12). Non quidem vel Pagani necandi essent, si quo modo aliter possent a nimia infestatione seu oppressione fidelium 0924C cohiberi. Nunc autem melius est ut occidantur, quam certe relinquatur virga peccatorum super sortem justorum: ne forte extendant justi ad iniquitatem manus suas.
5. Quid enim? si percutere in gladio omnino fas non est Christiano, cur ergo praeco Salvatoris contentos fore suis stipendiis militibus indixit (Luc. III, 14); et non potius omnem eis militiam interdixit? Si autem (quod verum est) omnibus fas est, ad hoc ipsum duntaxat divinitus ordinatis, nec aliud sane quidquam melius professis; quibus, quaeso, potius, quam quorum manibus et viribus urbs fortitudinis nostrae Sion pro nostro omnium munimine retinetur? ut depulsis divinae transgressoribus legis, secura 0924D ingrediatur gens justa, custodiens veritatem. Secure proinde dissipentur gentes quae bella volunt, et abscindantur qui nos conturbant, et disperdantur de civitate Domini omnes operantes iniquitatem, qui repositas in Jerosolymis christiani populi inaestimabiles divitias tollere gestiunt, sancta polluere, et haereditate possidere sanctuarium Dei. Exeratur 0925A gladius uterque fidelium in cervices inimicorum, ad destruendam omnem altitudinem extollentem se adversus scientiam Dei, quae est christianorum fides; ne quando dicant gentes: ubi est Deus eorum? (Psal. CXIII, 2.)
6. Quibus expulsis revertetur ipse in haereditatem domumque suam, de qua iratus in Evangelio, Ecce, inquit, relinquetur vobis domus vestra deserta (Matth. XXIII, 38); et per prophetam ita conqueritur, Reliqui domum meam, dimisi haereditatem meam (Jerem. XII, 7): implebitque illud propheticum, Redemit Dominus populum suum, et liberavit eum: et venient et exsultabunt in monte Sion, et gaudebunt de bonis Domini (Jerem. XXXI, 11, 12). Laetare, Jerusalem, et cognosce jam tempus visitationis tuae. Gaudete et 0925B laudate simul, deserta Jerusalem, quia consolatus est Dominus populum suum, redemit Jerusalem; paravit Dominus brachium suum sanctum in oculis omnium gentium. Virgo Israel, corrueras, et non erat qui sublevaret te. Surge jam, excutere de pulvere, virgo, captiva filia Sion. Surge, inquam, et sta in excelso, et vide jucunditatem quae venit tibi a Deo tuo. Non vocaberis ultra 547 derelicta, et terra tua non vocabitur amplius desolata, quia complacuit Domino in te, et terra tua inhabitabitur. Leva in circuitu oculos tuos et vide: omnes isti congregati sunt, venerunt tibi. Hoc tibi auxilium missum de sancto. Omino per istos tibi jamjamque illa persolvitur antiqua promissio, Ponam te in superbiam saeculorum, gaudium in generatione et generationem, 0925C et suges lac gentium, et mammilla regum lactaberis (Isa. LX, 15, 16): et item, Sicut mater consolatur filios suos, ita et ego consolabor vos, et in Jerusalem consolabimini (Isa. LXVI, 13). Videsne quam crebra veterum attestatione nova approbatur militia, et quod sicut audivimus, sic videmus in civitate Domini virtutum? Dummodo sane spiritualibus non praejudicet sensibus litteralis interpretatio, quominus scilicet speremus in aeternum, quidquid huic tempori significando ex Prophetarum vocibus usurpamus: ne per id quod cernitur, evanescat quod creditur; et spei copias imminuat penuria rei, praesentiumque attestatio sit evacuatio futurorum. Alioquin terrenae civitatis temporalis gloria non 0925D destruit coelestia bona, sed astruit; si tamen istam minime dubitamus illius tenere figuram, quae in coelis et mater nostra. militantium, dicamus breviter Christi equitum mo-
CAPUT IV. De conversatione Militum Christi.
7. Sed jam ad imitationem seu ad confusionem nostrorum militum, non plane Deo, sed diabolo 0926A res et vitam; qualiter in bello domive conversentur: quo palam fiat, quantum ab invicem differant Dei saeculique militia. Primo quidem utrolibet disciplina non deest, obedientia nequaquam contemnitur, quia, teste Scriptura, et filius indisciplinatus peribit (Eccli. XXII, 3); et, peccatum est hariolandi repugnare, et quasi scelus idololatriae nolle acquiescere (I Reg. XV, 23). Itur, et reditur ad nutum ejus qui praeest: induitur quod ille donaverit; nec aliunde vestimentum seu alimentum praesumitur. Et in victu et vestitu cavetur omne superfluum, soli necessitati consulitur. Vivitur plane in communi jucunda et sobria conversatione, absque uxoribus, et absque liberis. Et ne quid desit ex evangelica perfectione absque omni proprio habitant unius moris in domo 0926B una, solliciti servare unitatem spiritus in vinculo pacis. Dicas universae multitudinis esse cor unum, et animam unam: ita quisque non omnino propriam sequi voluntatem, sed magis obsequi satagit imperanti. Nullo tempore aut otiosi sedent, aut curiosi vagantur: sed semper dum non procedunt (quod quidem raro contingit), ne gratis comedant panem, armorum seu vestimentorum vel scissa resarciunt, vel vetusta reficiunt, vel inordinata componunt, et quaeque postremo facienda magistri voluntas et communis indicit necessitas. Persona inter eos minime accipitur: defertur meliori, non nobiliori. Honore se invicem praeveniunt; alterutrum onera portant, ut sic adimpleant legem Christi. Verbum insolens, opus inutile, risus immoderatus, murmur 0926C vel tenue, sive susurrium nequaquam, ubi deprehenditur, relinquitur inemendatum. Scacos et aleas detestantur; abhorrent venationem: nec ludicra illa avium rapina (ut assolet) delectantur. Mimos, et magos, et fabulatores, scurrilesque cantilenas, atque ludorum spectacula, tanquam vanitates et insanias falsas respuunt et abominantur. Capillos tondent, scientes juxta Apostolum ignominiam esse viro, si comam nutrierit. Nunquam compti, raro loti, magis autem neglecto crine hispidi, pulvere foedi: lorica et caumate fusci.
8. Porro imminente bello, intus fide, foris ferro, non auro se muniunt: quatenus armati, et non ornati, 548 hostibus metum incutiant, non provocent 0926D avaritiam. Equos habere cupiunt fortes et veloces, non tamen coloratos aut phaleratos: pugnam quippe, non pompam, victoriam, sed non gloriam cogitantes, et studentes magis esse formidini quam admirationi. Deinde non turbulenti aut impetuosi, et quasi ex levitate praecipites, sed consulte atque cum omni cautela et providentia se ipsos ordinantes, et disponentes in aciem, juxta quod de patribus scriptum est. Veri profecto Israelitae procedunt ad bella pacifici. 0927A At vero ubi ventum fuerit ad certamen, tum demum pristina lenitate postposita, tanquam si dicerent. Nonne qui oderunt te, Domine, oderam, et super inimicos tuos tabescebam? (Psal. CXXXVIII, 21.) irruunt in adversarios, hostes velut oves reputant; nequaquam, etsi paucissimi, vel saevam barbariem, vel numerosam multitudinem formidantes. Noverunt siquidem non de suis praesumere viribus, sed de virtute Domini sabaoth sperare victoriam: cui nimirum facile esse confidunt, juxta sententiam Macchabaei, concludi multos in manus paucorum, et non esse differentiam in conspectu Dei coeli liberare in multis, et in paucis; quia non in multitudine exercitus est victoria belli, sed de coelo fortitudo est (I Macchab. III, 18, 19). Quod et frequentissime experti 0927B sunt, ita ut plerumque quasi persecutus sit unus mille, et duo fugarint decem millia. Ita denique miro quodam ac singulari modo cernuntur et agnis mitiores, et leonibus ferociores, ut pene dubitem quid potius censeam appellandos, monachos videlicet, an milites: nisi quod utrumque forsan congruentius nominarim, quibus neutrum deesse cognoscitur, nec monachi mansuetudo, nec militis fortitudo. De qua re quid dicendum, nisi quod a Domino factum est istud, et est mirabile in oculis nostris? Tales sibi elegit Deus, et collegit a finibus terrae ministros ex fortissimis Israel, qui veri lectulum Salomonis, sacrum scilicet sepulcrum, vigilanter fideliterque custodiant, omnes tenentes gladios, et ad bella doctissimi [al. fortissimi].
CAPUT V. De Templo.
0927C
9. Est vero templum Jerosolymis, in quo pariter habitant, antiquo et famosissimo illi Salomonis impar quidem structura, sed non inferius gloria. Siquidem universa illius magnificentia in corruptibilibus auro et argento, in quadratura lapidum et varietate lignorum continebatur: hujus autem omnis decor, et gratae venustatis ornatus, pia est habitantium religiositas, et ordinatissima conversatio. Illud variis exstitit spectandum coloribus: hoc diversis virtutibus et sanctis actibus venerandum. Domum quippe Dei decet sanctitudo (Psal. XCII, 5), qui non tam politis marmoribus, quam ornatis moribus 0927D delectatur, et puras diligit mentes super auratos parietes. Ornatur tamen hujus quoque facies templi, sed armis, non gemmis: et pro antiquis coronis aureis, circum pendentibus clypeis paries operitur; pro candelabris, thuribulis, atque urceolis, domus undique frenis, sellis, ac lanceis communitur. Plane his omnibus liquido demonstrantibus, eodem pro domo Dei fervere milites zelo, quo ipse quondam militum Dux vehementissime inflammatus armata illa sanctissima manu, non tamen ferro, sed flagello, quod fecerat de resticulis [al. funiculis], introivit in templum, negotiantes expulit, nummulariorum effudit aes, et cathedras vendentium columbas 0928A evertit (Joan. II, 15): indignissimum judicans, orationis domum hujuscemodi forensibus incestari [al infestari]. Tali proinde sui Regis permotus exemplo devotus exercitus, multo sane indignius, longeque intolerabilius arbitrans sancta pollui ab infidelibus, quam a mercatoribus incestari, in domo sancta 549 cum equis et armis commoratur; tamque ab ipsa, quam a caeteris sacris omni infidelitatis spurca et tyrannica rabie propulsata, ipsi in ea die noctuque tam honestis quam utilibus officiis occupantur. Honorant certatim Dei templum sedulis et sinceris obsequiis, jugi in eo devotione immolantes, non quidem veterum ritu pecudum carnes, sed vere hostias pacificas, fraternam dilectionem, devotam subjectionem, voluntariam paupertatem.
0928B 10. Haec Jerosolymis actitantur, et orbis excitatur. Audiunt insulae, et attendunt populi de longe, et ebulliunt ab Oriente et Occidente, tanquam torrens inundans gloriae gentium, et tanquam fluminis impetus laetificans civitatem Dei. Quodque cernitur jucundius, et agitur commodius, paucos admodum in tanta multitudine hominum illo confluere videas, nisi utique sceleratos et impios, raptores et sacrilegos, homicidas, perjuros, adulteros; de quorum profecto perfectione sicut duplex quoddam constat provenire bonum, ita duplicatur et gaudium; quandoquidem tam suos de suo discessu laetificant, quam illos de adventu quibus subvenire festinant. Prosunt quippe utrobique, non solum utique istos tuendo, sed etiam illos jam non opprimendo. Itaque 0928C laetatur Aegyptus in profectione eorum, cum tamen de protectione eorum nihilominus laetetur mons Sion, et exsultent filiae Judae. Illa quidem se de manu eorum, ista magis in manu eorum liberari se merito gloriatur. Illa libenter amittit crudelissimos sui vastatores: ista cum gaudio suscipit sui fidelissimos defensores; et unde ista dulcissime consolatur, inde illa aeque saluberrime desolatur. Sic Christus, sic novit ulcisci in hostes suos, ut non solum de ipsis, sed per ipsos quoque frequenter soleat tanto gloriosius, quanto et potentius triumphare. Jucunde sane et commode: ut quos diu pertulit oppugnatores magis jam propugnatores habere incipiat; faciatque de hoste militem, qui de Saulo quondam persecutore fecit Paulum praedicatorem (Act. IX). Quamobrem 0928D non miror, si etiam superna illa curia, juxta testimonium Salvatoris, exsultat magis super uno peccatore poenitentiam agente, quam super plurimis justis qui non indigent poenitentia, dum peccatoris et maligni tantis procul dubio prosit conversio, quantis et prior nocuerat conversatio.
11. Salve igitur, civitas sancta, quam ipse sanctificavit sibi tabernaculum suum Altissimus, quo tanta in te et per te generatio salvaretur. Salve, civitas Regis magni, ex qua nova et jucunda mundo miracula nullis pene temporibus defuere ab initio. Salve, domina gentium, princeps provinciarum, Patriarcharum possessio, Prophetarum mater et Apostolorum, 0929A initiatrix fidei, gloria populi christiani, quam Deus semper a principio propterea passus est oppugnari, ut viris fortibus sicut virtutis, ita fores occasio et salutis. Salve, terra promissionis, quae olim fluens lac et mel tuis duntaxat habitatoribus, nunc universo orbi remedia salutis, vitae porrigis alimenta. Terra, inquam, bona et optima, quae in fecundissimo illo sinu tuo ex arca paterni cordis coeleste granum suscipiens, tantas ex superno semine martyrum segetes protulisti, et nihilominus ex reliquo omnium fidelium genere fructum fertilis gleba tricesimum, et sexagesimum, et centesimum super omnem terram multipliciter procreasti. Unde et de magna multitudine dulcedinis tuae jucundissime 0929B satiati et opulentissime saginati, memoriam abundantiae suavitatis tuae ubique eructant qui te viderunt, et usque ad extremum terrae magnificentiam gloriae tuae loquuntur eis qui te non viderunt, et enarrant mirabilia quae in te fiunt. Gloriosa dicta sunt de te civitas Dei: sed jam ex his quibus affluis deliciis, nos quoque pauca proferamus in medium, ad laudem et gloriam nominis tui.
550 CAPUT VI. De Bethlehem.
12. Habes ante omnia in refectione animarum sanctarum Bethlehem domum panis, in qua primum is qui de coelo descenderat [al. descendit], pariente Virgine panis vivus apparuit. Monstratur piis ibidem jumentis praesepium, et in praesepio fenum 0929C de prato virginali, quo vel sic cognoscat bos possessorem suum, et asinus praesepe Domini sui. Omnis quippe caro fenum, et omnis gloria ejus ut flos feni (Isai. XL, 6). Porro homo quia suum, in quo factus est, honorem non intelligendo, comparatus est jumentis insipientibus, et similis factus est illis (Psal. XLVIII, 13); Verbum panis Angelorum factum est pabulum jumentorum, ut habeat carnis fenum quod ruminet, qui verbi pane vesci penitus dissuevit: quousque per hominem Deum priori redditus dignitati, et ex pecore rursus conversus in hominem, cum Paulo dicere possit, Etsi cognovimus Christum secundum carnem, sed nunc jam non novimus (II Cor. V, 16). Quod sane non arbitror quempiam dicere posse veraciter, nisi qui prius cum Petro ex 0929D ore Veritatis illud item audierit: Verba quae ego locutus sum vobis, spiritus et vita sunt; caro autem non prodest quidquam (Joan. VI, 64). Alioquin qui in verbis Christi vitam invenit, carnem jam non requirit, et est de numero beatorum qui non viderunt et crediderunt (Joan. XX, 29). Nec enim opus est vel lactis poculum, nisi parvulo; vel feni pabulum, nisi utique jumento. Qui autem non offendit in verbo, ille perfectus est vir, solido plane vesci cibo idoneus: et, licet in sudore vultus sui, panem verbi comedit, absque offensione. Sed et securus ac sine scandalo loquitur Dei sapientiam duntaxat inter perfectos, spiritualibus spiritualia comparans, cum tamen infantibus 0930A sive pecoribus cautus sit pro captu quidem eorum proponere tantummodo Jesum Christum, et hunc crucifixum. Unus tamen idemque cibus ex coelestibus pascuis suaviter quidem et ruminatur a pecore, et manducatur ab homine; et viro vires, et parvulo tribuit nutrimentum.
CAPUT VII. De Nazareth.
13. Cernitur et Nazareth, quae interpretatur flos, in qua is qui natus in Bethlehem erat, tanquam fructus in flore coalescens, nutritus est Deus infans: ut floris odor fructus saporem praecederet, ac de naribus Prophetarum, faucibus se Apostolorum liquor sanctus infunderet; Judaeisque tenui odore 0930B contentis, gustu solido reficeret Christianos. Senserat tamen hunc florem Nathanael, quod super omnia aromata suave redoleret. Unde et aiebat: A Nazareth potest aliquid boni esse? Sed nequaquam sola contentus fragrantia, respondentem sibi, Veni et vide (Joan. I, 46), Philippum secutus est. Imo vero mirae illius suavitatis admodum respersione delectatus, haustuque boni odoris factus saporis a vidior, odore ipso duce, ad fructum usque sine mora pervenire curavit, cupiens plenius experiri quod tenuiter praesenserat, praesensque degustare quod odoraverat absens. Videamus et de olfactu Isaac, ne forte aliquid, quod pertineat ad haec ipsa quae in manibus sunt, portenderit. Loquitur de illo Scriptura sic: Statimque ut sensit vestimentorum ejus 0930C fragrantiam (haud dubium quin Jacob), Ecce, inquit, odor filii mei sicut odor agri pleni, cui benedixit Dominus (Gen. XXVII, 27). Vestimenti fragrantiam sensit, sed vestiti praesentiam non agnovit: soloque vestis, tanquam floris odore, forinsecus delectatus, quasi fructus interioris dulcedinem non gustavit, dum et electi filii simul et sacramenti fraudatus cognitione remansit. Quo spectat hoc? Vestimentum profecto spiritus, littera est et caro Verbi. Sed ne nunc quidem Judaeus in carne Verbum, in homine scit deitatem; nec sub tegmine litterae sensum pervidet spiritualem: forisque palpans haedi pellem, quae similitudinem majoris, hoc est primi et antiqui peccatoris, expresserat, 551 ad nudam non pervenit veritatem. Non sane in carne peccati, sed in 0930D similitudine carnis peccati, qui peccatum non facere, sed tollere veniebat, apparuit, ea scilicet de causa quam ipse non tacuit, ut qui non vident videant, et qui vident caeci fiant (Joan. IX, 39). Hac ergo similitudine deceptus Propheta, caecus hodieque, quem nescit benedicit, dum quem lectitat in libris, ignorat et in miraculis: et quem propriis attrectat manibus, ligando, flagellando, colaphizando, minine tamen vel resurgentem [al. resurgendo] intelligit. Si enim cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (I Cor. II, 8). Percurramus succincto sermone et caetera loca sancta, et si non omnia, saltem aliqua: quoniam quae admirari per singula 0931A non sufficimus, libet vel insigniora, et ipsa breviter recordari.
CAPUT VIII. De monte Oliveti et valle Josaphat.
14. Ascenditur in montem Oliveti, descenditur in vallem Josaphat: ut sic divitias divinae misericordiae cogites, quatenus horrorem judicii nequaquam dissimules; quia etsi in multis miserationibus suis multus est ad ignoscendum, judicia tamen ejus nihilominus abyssus multa, quibus agnoscitur valde omnino terribilis super filios hominum. David denique qui montem Oliveti demonstrat, dicens, Homines et jumenta salvabis, Domine, quemadmodum multiplicasti misericordiam tuam, Deus; etiam judicii vallem in eodem psalmo 0931B commemorat, dicens. Non veniat mihi, inquiens, pes superbiae, et manus peccatoris non moveat me (Psal. XXXV, 7, 12). Cujus et praecipitium se omnino perhorrescere fatetur, cum in alio psalmo ita loquitur, orans: Confige timore tuo carnes meas, a judiciis enim tuis timui (Psal. CXVIII, 120). Superbus in hanc vallem corruit, et conquassatur: humilis descendit, et minime periclitatur. Superbus excusat peccatum suum: humilis accusat, sciens quia Deus non bis judicat in idipsum; et quod si nosmetipsos judicaverimus, non utique judicabimur (I Cor. XI, 31).
15. Porro superbus non attendens quam horrendum sit incidere in manus Dei viventis, facile prorumpit in verba malitiae ad excusandas excusationes 0931C in peccatis. Magna revera malitia, tui te non misereri, et solum post peccatum remedium confessionis a te ipso repellere, ignemque in sinu tuo involvere potius, quam excutere, nec praebere autem consilio Sapientis qui ait: Miserere animae tuae placens Deo (Eccli. XXX, 24). Proinde qui sibi nequam, cui bonus? Nunc judicium est mundi, nunc princeps hujus mundi ejicietur foras (Joan. 12, 31), hoc est de corde tuo, si te tamen humiliando ipse dijudicas. Erit judicium coeli, quando ipsum vocabitur coelum desursum, et terra discernere populum suum (Psal. XLIX, 4): in quo sane timendum, ne projiciaris tu cum ipso et angelis ejus, si tamen inventus fueris injudicatus. Alioquin spiritualis homo, qui omnia dijudicat, ipse a nemine judicabitur (I Cor. II, 15). 0931D Propter hoc ergo judicium incipit a domo Dei, ut suos, quos novit judex, cum venerit inveniat judicatos: et jam nil de eis habeat judicare, quando videlicet judicandi sunt hi qui in labore hominum non sunt, et cum hominibus non flagellantur (Psal. LXXII, 5).
CAPUT IX. De Jordane.
16. Quam laeto sinu Jordanis excipit Christianos, qui se Christi gloriatur consecratum baptismate! Mentitus est plane Syrus ille leprosus, qui nescio quas Damasci aquas aquis praetulit Israelis (IV Reg. V, 12), cum Jordanis nostri devotus Deo famulatus toties probatus exstiterit, sive quando Eliae, sive quando Elisaeo (IV Reg. II), sive etiam (ut antiquius aliquid recolam) 0932A quando Josue et omni populo simul, impetum mirabiliter inhibens, siccum in se transitum praebuit (Josue. III). Denique quid in fluminibus isto eminentius, quod ipsa sui [al. sibi] Trinitas quadam evidenti praesentia dedicavit? Pater auditus, visus Spiritus sanctus, Filius est et baptizatus. Merito proinde 552 ipsam ejus virtutem, quam Naaman ille consulente propheta sensit in corpore (IV Reg. V, 14), jubente Christo universus quoque fidelis populus in anima experitur.
CAPUT X. De loco Calvariae.
17. Exitur etiam in Calvariae locum, ubi verus Elisaeus ab insensatis pueris irrisus, risum suis insinuavit aeternum, de quibus ait: Ecce ego, et pueri 0932B mei, quos mihi dedit Dominus (Isai. VIII, 18). Boni pueri, quos per contrarium illorum malignantium ad laudem excitat Psalmista, dicens, Laudate, pueri, Dominum, laudate nomen Domini (Psal. CXII, 1), quatenus in ore sanctorum infantium et lactentium perficeretur laus, quae ex ore defecerat invidorum, eorum utique, de quibus queritur ita: Filios enutrivi et exaltavi, ipsi autem spreverunt me (Isai. I, 2). Ascendit itaque crucem calvus noster, mundo pro mundo expositus: et revelata facie ac discooperta fronte purgationem peccatorum faciens, probrosae et austerae mortis tam non erubuit ignominiam, quam nec poenam exhorruit, ut nos opprobrio sempiterno eriperet, restitueret gloriae. Nec mirum. Quid enim erubesceret, 0932C qui ita lavit nos a peccatis, non quidem ut aqua diluens et retinens sordes, sed veluti solis radius desiccans et retinens puritatem? Est quippe Dei sapientia ubique attingens propter munditiam suam.
CAPUT XI. De Sepulcro
18. Inter sancta ac desiderabilia loca sepulcrum tenet quodammodo principatum, et devotionis plus nescio quid sentitur, ubi mortuus requievit, quam ubi vivens conversatus est; atque amplius movet ad pietatem mortis, quam vitae recordatio. Puto quod illa austerior, haec dulcior videatur: magisque infirmitati blandiatur humanae quies dormitionis, 0932D quam labor conversationis; mortis securitas, quam vitae rectitudo. Vita Christi, vivendi mihi regula exstitit: mors, a morte redemptio. Illa vitam instruxit, mortem ista destruxit. Vita quidem laboriosa, sed mors pretiosa; utraque vero admodum necessaria. Quid enim Christi prodesse poterat, sive mors nequiter viventi, sive vita damnabiliter morienti? Nunquid denique aut mors Christi etiam nunc male usque ad mortem viventes a morte aeterna liberat, aut mortuos ante Christum sanctos patres vitae sanctitas liberavit? sicut scriptum est, Quis est homo qui vivet, et non videbit mortem, eruet animam suam de manu inferi? (Psal. LXXXVIII, 49)? Nunc ergo quia utrumque nobis pariter necessarium erat, et pie vivere, et 0933A secure mori; et vivendo vivere docuit, et mortem moriendo securam reddidit: quoniam quidem resurrecturus occubuit, et spem fecit morientibus resurgendi. Sed addidit et tertium beneficium, cum etiam peccata donavit, sine quo utique caetera non valebant. Quid enim (quantum quidem ad veram summamque beatitudinem spectat) quantalibet vitae rectitudo seu longitudo prodesse poterat illi, qui vel solo originali peccato teneretur adstrictus? Peccatum quippe praecessit, ut sequeretur mors: quod sane si cavisset homo, mortem non gustasset in aeternum.
19. Peccando itaque vitam amisit, et mortem invenit: quoniam quidem et Deus ita praedixerat, 0933B et justum profecto erat, ut si peccaret homo, moreretur. Quid namque justius poterat quam recipere talionem? Vita siquidem Deus animae est, ipsa corporis. Peccando voluntarie, volens perdidit vivere: nolens perdat et vivificare. Sponte repulit vitam cum vivere noluit; non valeat eam dare cui, vel quatenus voluerit. Noluit anima regi a Deo: non queat regere corpus. Si non paret superiori, inferiori cur imperet? Invenit Conditor suam sibi rebellem creaturam: inveniat anima suam sibi rebellem pedissequam. Transgressor inventus est homo divinae legis: inveniat et ipse aliam legem in membris suis, repugnantem legi 553 mentis suae, et captivantem se in legem peccati (Rom. VII, 23). Porro peccatum, ut scriptum est, separat inter nos 0933C et Deum (Isai. LIX, 2): separet proinde etiam mors inter corpus nostrum et nos. Non potuit dividi a Deo anima nisi peccando, nec corpus ab ipsa nisi moriendo. Quid itaque austerius pertulit in ultione, id solum passa a subdito, quod praesumpserat in auctorem? Nihil profecto congruentius, quam ut mors operata sit mortem, spiritualis corporalem, culpabilis poenalem, voluntaria necessariam.
20. Cum ergo hac gemina morte secundum utramque naturam homo damnatus fuisset, altera quidem spirituali et voluntaria, altera corporali et necessaria; utrique Deus homo una sua corporali ac voluntaria benigne et potenter occurrit, illaque una sua nostram utramque damnavit. Merito quidem: nam ex duabus mortibus nostris, cum altera nobis 0933D in culpae meritum, altera in poenae debitum reputaretur; suscipiens poenam, et nesciens culpam, dum sponte et tantum in corpore moritur et vitam nobis, et justitiam promeretur. Alioquin si corporaliter non pateretur, debitum non solvisset: si non voluntarie moreretur, meritum mors illa non habuisset. Nunc autem si, ut dictum est, mortis meritum est peccatum, et peccati debitum mors; Christo remittente peccatum, et moriente pro peccatoribus, profecto jam nullum est meritum, et solutum est debitum.
21. Caeterum unde scimus, quod Christus possit peccata dimittere? Hinc procul dubio, quia Deus est, et quidquid vult, potest. Unde autem et quod Deus sit? Miracula probant. Facit quippe opera, quae nemo alius facere possit: ut taceam oracula Prophetarum, 0934A necnon et paternae vocis testimonium elapsae coelitus ad ipsum a magnifica gloria. Quod si Deus pro nobis, quis contra nos? Deus qui justificat, quis est qui condemnet? Si ipse est et non alius, cui quotidie confitemur dicentes: Tibi soli peccavi (Psal. L, 6); quis melius, imo quis alius remittere potest quod in eum peccatum est? Aut quomodo ipse non potest, qui omnia potest? Denique ego quod in me delinquitur valeo, si volo, donare: et Deus non queat in se commissa remittere? Si ergo peccata remittere et possit, omnipotens, et solus possit, cui soli peccatur; beatus profecto, cui non imputabit ipse peccatum. Itaque cognovimus, quod peccata Christus divinitatis suae potentia valuit relaxare.
22. Porro jam de voluntate quis dubitet? Qui enim 0934B nostram et induit carnem, et subiit mortem; putas, suam nobis negabit justitiam? Voluntarie incarnatus, voluntarie passus, voluntarie crucifixus, solam a nobis retinebit justitiam? Quod ergo ex deitate constat illum potuisse, ex humanitate innotuit et voluisse. Sed unde rursum confidimus quod mortem abstulit? Hinc plane, quod eam ipse qui non meruit, pertulit. Qua enim ratione iterum exigeretur a nobis, quod pro nobis ille jam solvit? Qui peccati meritum tulit, suam nobis donando justitiam; ipse mortis debitum solvit et reddidit vitam. Sic namque mortua morte revertitur vita, quemadmodum ablato peccato redit justitia. Porro mors in Christi morte fugatur, et Christi nobis justitia imputatur. Verum quomodo mori potuit qui Deus erat? Quoniam nimirum et homo 0934C erat. Sed quo pacto mors hominis illius pro altero valuit? Quia et justus erat. Profecto namque cum homo esset, potuit mori; cum justus, non debuit gratis. Non quidem peccator mortis sufficit solvere debitum pro altero peccatore, cum quisque moriatur pro se. Qui autem mori pro se non habet, nunquid pro alio frustra debet? Quanto sane indignius moritur qui mortem non meruit, tanto is justius pro quo moritur, vivit.
23. Sed quae, inquis, justitia est, ut innocens moriatur pro impio? Non est justitia, sed misericordia. Si justitia esset, jam non gratis, sed ex debito moreretur. Si ex debito, ipse quidem moreretur: sed is pro quo moreretur, non viveret. At vero si justitia 0934D non est, non tamen contra justitiam est. Alioquin et justus, et misericors simul esse non posset. Sed etsi justus 554 non injuste pro peccatore satisfacere valeat, quo tamen pacto etiam unus pro pluribus? Etenim satis esse videretur ad justitiam, si unus uni moriens vitam restituat. Huic jam respondeat Apostolus. Sicut enim, inquit, per unius delictum, in omnes homines, in condemnationem; sic et per unius justitiam, in omnes homines, in justificationem vitae. Sicut enim per inobedientiam unius hominis peccatores constituti sunt multi, ita et per unius hominis obedientiam justi constituentur multi (Rom. V, 18, 19). Sed forte unus pluribus justitiam quidem restituere potuit, vitam non potuit. Per unum, ait, hominem mors, et per unum hominem vita. Sicut 0935A enim in Adam omnes moriuntur, ita et in Christo omnes vivificabuntur (I Cor. XV, 21, 22). Quid enim? Unus peccavit, et omnes tenentur rei; et unius innocentia soli reputabitur uni [al. innocenti]? Unius peccatum omnibus operatum est mortem, et unius justitia uni vitam restituet? Itane Dei justitia magis ad condemnandum, quam ad restaurandum valuit? aut plus potuit Adam in malo, quam Christus in bono? Adae peccatum imputabitur mihi, et Christi justitia non pertinebit ad me? Illius me inobedientia perdidit, et hujus obedientia non proderit mihi?
24. Sed Adae, inquis, delictum merito omnes contrahimus, in quo quippe omnes peccavimus: quoniam cum peccavit, in ipso eramus, et ex ejus carne per carnis concupiscentiam geniti sumus. Atqui ex 0935B Deo multo germanius secundum spiritum nascimur, quam secundum carnem ex Adam; secundum quem etiam spiritum longe ante fuimus in Christo, quam secundum carnem in Adam: si tamen et nos inter illos numerari confidimus, de quibus Apostolus, Qui elegit nos, inquit, in ipso (haud dubium quin Pater in Filio) ante mundi constitutionem (Ephes. I, 4). Quod autem etiam ex Deo nati sunt, testatur evangelista Joannes, ubi ait, Qui non ex sanguinibus, neque ex voluntate carnis, neque ex voluntate viri, sed ex Deo nati sunt (Joan. I, 13): item ipse in Epistola, Omnis qui natus est ex Deo, non peccat, quia generatio coelestis conservat eum (I Joan. III, 9). At carnis traducem, ais, carnalis testatur concupiscentia: et peccatum quod in carne sentimus, manifeste probat, quod 0935C secundum carnem de carne peccatoris descendimus. Sed enim nihilominus spiritualis illa generatio, non quidem in carne, sed in corde sentitur ab his duntaxat qui cum Paulo dicere possunt, Nos autem sensum Christi habemus (I Cor. II, 16); in quo et eatenus profecisse se sentiunt, ut et ipsi cum omni fiducia dicant, Ipse enim spiritus testimonium reddit spiritui nostro, quod sumus filii Dei (Rom. VIII, 16): et illud, Nos autem non spiritum hujus mundi accepimus, sed spiritum qui ex Deo est, ut sciamus quae a Deo donata sunt nobis (I Cor. II, 12). Per spiritum ergo qui ex Deo est, charitas diffusa est in cordibus nostris: sicut et per carnem quae est ex Adam, manat concupiscentia nostris insita membris. Et quomodo ista 0935D quae a progenitore corporum descendit, nunquam in hac vita mortali a carne recidit; sic illa procedens ex Patre spirituum, ab intentione filiorum duntaxat perfectorum nunquam excidit.
25. Si ergo ex Deo nati, et in Christo electi sumus: quaenam justitia est, ut plus noceat humana atque terrena, quam valeat divina coelestisque generatio; Dei electionem vincat carnalis successio, et aeterno ejus proposito carnis praescribat temporaliter traducta concupiscentia? Quinimo si per unum hominem mors, cur non multo magis per unum, et illum hominem vita? Et si in Adam omnes morimur, cur non longe potentius in Christo omnes vivificabimur? Denique non sicut delictum, ita et donum. Nam judicium ex uno in condemnationem; gratia autem ex multis delictis 0936A in justificationem (Rom. V, 15, 16). Christus igitur et peccata dimittere potuit, cum Deus sit; et mori, cum sit homo; et mortis moriendo solvere debitum, quia justus; et omnibus unus ad justitiam vitamque sufficere, quandoquidem et peccatum, et mors ex uno in omnes processerit.
26. Sed hoc quoque necessarie omnino provisum est, quod dilata morte homo inter homines dignatus est aliquandiu conversari: quatenus crebris et veris 555 locutionibus ad invisibilia excitaret, miris operibus astrueret fidem, rectis moribus instrueret. Itaque in oculis hominum Deus homo sobrie, et juste, et pie conversatus, vera locutus, mira operatus, indigna passus, in quo jam defuit nobis ad salutem? Accedat et gratia remissionis peccatorum, hoc est, 0936B ut gratis peccata dimittat: et opus profecto nostrae salutis consummatum est. Non autem metuendum, quod donandis peccatis aut potestas Deo, aut voluntas passo, et tanta passo pro peccatoribus desit: si tamen solliciti inveniamur digne, ut oportet, et imitari exempla, et venerari miracula; doctrinae quoque non existamus increduli, et passionibus non ingrati.
27. Itaque totum nobis de Christo valuit, totum salutiferum, totumque necessarium fuit, nec minus profuit infirmitas quam majestas: quia etsi ex deitatis potentia peccati jugum jubendo submovit, ex carnis tamen infirmitate mortis jura moriendo concussit. Unde pulchre ait Apostolus: Quod infirmum est Dei, fortius est hominibus. 0936C Sed et illa ejus stultitia, per quam ei placuit salvum facere mundum, ut mundi confutaret sapientiam, confunderet sapientes; quod videlicet cum in forma Dei esset, Deo aequalis, semetipsum exinanivit formam servi accipiens; quod dives cum esset, propter nos egenus factus est, de magno parvus, de celso humilis, infirmus de potente; quod esuriit, quod sitiit, quod fatigatus est in itinere, et caetera quae passus est voluntate, non necessitate: haec ergo ipsius quaedam stultitia, nonne fuit nobis via prudentiae, justitiae forma, sanctitatis exemplum? Ob hoc item Apostolus: Quod stultum est, inquit, Dei, sapientius est hominibus (I Cor. I, 25). Mors ergo a morte, vita ab errore, a peccato gratia liberavit. Et quidem mors per justitiam suam peregit 0936D victoriam: quia justus exsolvendo quae non rapuit, jure omnino quod amiserat recepit. Vita vero quod ad se pertinuit, per sapientiam adimplevit, quae nobis vitae et disciplinae documentum ac speculum exstitit. Porro gratia ex illa, ut dictum est, potestate peccata dimisit, qua omnia quaecunque voluit, fecit. Mors itaque Christi, mors est meae mortis: quia ille mortuus est, ut ego viverem. Quo pacto enim jam non vivat, pro quo moritur Vita? Aut quis jam in via morum, seu rerum notitia errare timebit duce Sapientia? Aut unde jam reus tenebitur, quem absolvit Justitia? Vitam quidem se ipse perhibet in Evangelio: Ego sum, inquiens, vita (Joan. XIV, 6). Porro duo sequentia testatur 0937A Apostolus, dicens: Qui factus est nobis justitia et sapientia a Deo Patre (I Cor. I, 30).
28. Si ergo lex spiritus vitae in Christo Jesu liberavit nos a lege peccati et mortis, utquid adhuc morimur, et non statim immortalitate vestimur? Sane ut Dei veritas impleatur. Quia enim misericordiam et veritatem diligit Deus (Psal. LXXXIII, 12), necesse est mori quidem hominem, quippe quod praedixerat Deus: sed a morte tamen resurgere, ne obliviscatur misereri Deus. Ita ergo mors etsi non perpetuo dominatur, manet tamen propter veritatem Dei vel ad tempus in nobis: quemadmodum peccatum, etsi jam non regnat in nostro mortali corpore, non tamen deest penitus nobis. Proinde Paulus ex parte quidem liberatum se a lege peccati 0937B et mortis gloriatur; sed rursum se utraque nihilominus lege aliqua gravari ex parte conqueritur, sive cum adversus peccatum miserabiliter clamat, Invenio aliam legem in membris meis (Rom. VI, 23), et caetera; sive cum ingemiscit gravatus, haud dubium quin lege mortis, redemptionem exspectans corporis sui (Rom., VIII, 23).
29. Sive itaque haec, sive alia quaecunque in hunc modum, prout in talibus in suo quisque abundat sensu, ex occasione sepulcri christianis sensibus suggerantur: puto quod non mediocris dulcedo devotionis infundatur cominus intuenti; nec parum proficitur cernendo etiam corporalibus oculis corporalem locum dominicae quietis. Etsi quippe jam vacuum sacris membris, plenum tamen nostris et 0937C jucundis admodum sacramentis. Nostris, inquam, nostris, si tamen tam ardenter amplectimur, quam indubitanter tenemus 556 quod Apostolus ait: Consepulti enim sumus per Baptismum in mortem, ut quomodo surrexit Christus a mortuis per gloriam Patris, ita et nos in novitate vitae ambulemus. Si enim complantati facti sumus similitudini mortis ejus, simul et resurrectionis erimus (Rom. VI, 4, 5). Quam dulce est peregrinis post multam longi itineris fatigationem, post plurima terrae marisque pericula, ibi tandem quiescere, ubi et agnoscunt suum Dominum quievisse! Puto jam prae gaudio non sentiunt viae laborem, nec gravamen reputant expensarum; sed tanquam laboris praemium, cursusve 0937D bravium assecuti, juxta Scripturae sententiam, gaudent vehementer cnm invenerint sepulcrum (Job. III, 22). Nec casu vel subito, aut veluti lubrica popularis favoris opinione, id tam celebre nomen sepulcrum nactum esse putetur, cum hoc ipsum tantis retro temporibus Isaias tam aperte praedixerit: Et erit, inquit, in die illa radix Jesse, qui stat in signum populorum, ipsum gentes deprecabuntur, et erit sepulcrum ejus gloriosum (Isa. XI, 10). Revera ergo impletum cernimus quod legimus prophetatum, novum quidem intuenti, sed legenti antiquum: ut sic adsit de novitate jucunditas, ut de vetustate non desit auctoritas. Et de sepulcro ista sufficiant.
CAPUT XII. De Bethphage.
0938A
30. Quid de Bethphage dicam, viculo sacerdotum, quem pene praeterieram, ubi et confessionis sacramentum, et sacerdotalis ministerii mysterium continetur? Bethphage quippe Domus buccae interpretatur. Scriptum est autem: Prope est verbum in ore tuo, et in corde tuo (Deut. XXX, 14). Non in altero tantum, sed simul in utroque verbum habere memineris. Et quidem verbum in corde peccatoris operatur salutiferam contritionem: verbum vero in ore noxiam tollit confusionem, ne impediat necessariam confessionem. Ait enim Scriptura: Est pudor adducens peccatum, et est pudor adducens gloriam (Eccli. IV, 25). Bonus pudor est, quo peccasse, 0938B aut certe peccare confunderis: et omnis licet humanus arbiter forte absit, divinum tamen quam humanum tanto verecundius revereris aspectum, quanto et verius Deum quam hominem cogitas puriorem [al. praesentiorem]: tantoque eum gravius offendi a peccante, quanto constat longius ab illo esse omne peccatum. Hujuscemodi procul dubio pudor fugat opprobrium, parat gloriam, dum aut peccatum omnino non admittit, aut certe admissum et poenitendo punit, et confitendo expellit: si tamen gloria etiam nostra haec est, testimonium conscientiae nostrae. Quod si quispiam confiteri confunditur id quoque, unde compungitur, talis pudor peccatum adducit, et gloriam de conscientia perdit, quando malum quod ex profundo cordis compunctio conatur expellere, 0938C pudor ineptus obstruso labiorum ostio non permittit exire; cum eum exemplo David dicere potius oporteret: Et labia mea non prohibebo, Domine, tu scisti (Psal. XXXIX, 10). Qui et seipsum redarguens, puto super hujuscemodi stulto et irrationabili pudore, Quoniam tacui, inquit, inveteraveverunt ossa mea (Psal. XXXI, 3). Unde et optat ostium poni circumstantiae labiis suis (Psal. CXL, 3), ut oris januam et aperire confessioni, et defensioni claudere norit. Denique et aperte hoc ipsum orans petit a Domino, sciens nimirum, quia confessio et magnificentia opus ejus (Psal. CX, 3). Et quod videlicet nostram malitiam, et quod aeque divinae bonitatis et virtutis magnificentiam minime tacemus, magnum 0938D quidem geminae confessionis bonum, sed Dei est donum. Ait itaque: Non declines cor meum in verba malitiae ad excusandas excusationes in peccatis (Psal. CXL, 4). Quamobrem ministros verbi sacerdotes caute necesse est ad utrumque vigilare sollicitos, quo videlicet delinquentium cordibus tanto moderamine verbum timoris et contritionis infligant, quatenus eos nequaquam a verbo confessionis exterreant; sic corda aperiant, ut ora non obstruant; sed nec absolvant etiam compunctum, nisi viderint et confessum: quandoquidem corde creditur ad justitiam, ore autem confessio fit ad salutem. Alioquin a mortuo, tanquam 557 qui non est, perit confessio (Eccli. XVII, 26). Quisquis igitur verbum in ore habet, et in corde non habet, aut dolosus est, aut vanus: 0939A quisquis vero in corde, et non in ore, aut superbus est, aut timidus.
CAPUT XIII. De Bethania.
31. Sane non omnino (etsi multum festinem) debeo transire silenter domum obedientiae, Bethaniam videlicet, castellum Mariae et Marthae, in quo Lazarus est resuscitatus: ubi nimirum et utriusque vitae figura, et Dei erga peccatores mira clementia, necnon et virtus obedientiae una cum fructibus poenitentiae commendatur. Hoc ergo in loco breviter intimatum sufficiat, quod quidem nec studium bonae actionis, nec otium sanctae contemplationis, nec lacrymae poenitentis extra Bethaniam accepta esse poterunt illi, qui tanti habuit obedientiam, ut vitam quam 0939B ipsam perdere maluerit, factus obediens Patri usque ad mortem. Hae sunt illae profecto divitiae, quas sermo propheticus ex verbo Domini pollicetur: Consolabitur, inquiens, Dominus Sion, et consolabitur omnes ruinas ejus; et ponet desertum ejus quasi 0940A delicias, et solitudinem ejus quasi hortum Domini. gaudium et laetitia invenietur in ea, gratiarum actio, et vox laudis (Isa. LI, 3). Haec igitur orbis deliciae, hic thesaurus coelestis, haec fidelium haereditas populorum, vestrae sunt, charissimi, credita fidei, vestrae prudentiae et fortitudini commendata. Tunc autem coeleste depositum secure et fideliter custodire sufficitis, si nequaquam de ipsa vestra prudentia vel fortitudine, sed de Dei tantum adjutorio ubique praesumitis, scientes quia non in fortitudine sua roborabitur vir, et ideo dicentes cum propheta: Dominus firmamentum meum, et refugium meum, et liberator meus (Psal. XVII, 2): et illud, Fortitudinem meam ad te custodiam, quia Deus susceptor meus; Deus meus, misericordia ejus praeveniet me (Psal. LVIII, 0940B 10, 11); et item: Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam (Psal. CXIII, 9): ut in omnibus sit ipse benedictus, qui docet manus vestras ad praelium, et digitos vestros ad bellum (Psal. CXLIII, 1)
Codice Della Cavalleria secolo XII
Tu crederai a tutto ciò che insegna la Chiesa
ed osserverai i suoi comandamenti
Tu proteggerai la Chiesa
Avrai rispetto per i deboli e li difenderai
Amerai il tuo paese e la tua patria
Non indietreggerai di fronte al nemico
Farai guerra senza pietà agli infedeli
Compirai scrupolosamente i tuoi doveri,
se non sono contrari alla legge di Dio
Non mentirai e sarai fedele alla parola data
Sarai generoso con tutti
Tu sarai ovunque e sempre il campione del
diritto e del bene contro l’ingiustizia e il male
ed osserverai i suoi comandamenti
Tu proteggerai la Chiesa
Avrai rispetto per i deboli e li difenderai
Amerai il tuo paese e la tua patria
Non indietreggerai di fronte al nemico
Farai guerra senza pietà agli infedeli
Compirai scrupolosamente i tuoi doveri,
se non sono contrari alla legge di Dio
Non mentirai e sarai fedele alla parola data
Sarai generoso con tutti
Tu sarai ovunque e sempre il campione del
diritto e del bene contro l’ingiustizia e il male
The "Ten Commandments" of Chivalry
Thou shalt believe all that the Church teaches, and shalt observe all its directions;
Thou shalt defend the Church;
Thou shalt defend the weak;
Thou shalt love the country in which thou was born;
Thou shalt not retreat in the face of the enemy;
Thou shalt wage war against all that is evil;
Thou shalt obey orders of those appointed above you, if they be not contrary to the laws of God ;
Thou shalt never lie, and shalt remain faithful to thy word ;
Thou shalt be generous and giving of oneself;
Thou shalt champion the Right and Good, and oppose Injustice and Evil;
The modern world may be with us, but the values of medieval chivalry are at the core of our membership.
Thou shalt defend the Church;
Thou shalt defend the weak;
Thou shalt love the country in which thou was born;
Thou shalt not retreat in the face of the enemy;
Thou shalt wage war against all that is evil;
Thou shalt obey orders of those appointed above you, if they be not contrary to the laws of God ;
Thou shalt never lie, and shalt remain faithful to thy word ;
Thou shalt be generous and giving of oneself;
Thou shalt champion the Right and Good, and oppose Injustice and Evil;
The modern world may be with us, but the values of medieval chivalry are at the core of our membership.
L'inno all'amore - S. Paolo - Prima lettera ai Corinzi 13,1
Ora vi insegno qual'è la via migliore:
Se parlo le lingue degli uomini e anche quelle degli angeli,
ma non ho amore,
sono un metallo che rimbomba,
uno strumento che suona a vuoto.
Se ho il dono di essere profeta
e di conoscere tutti i misteri,
se possiedo tutta la scienza
e ho tanta fede da smuovere i monti,
ma non ho amore,
io non sono niente.
Se do ai poveri tutti i miei averi,
se offro il mio corpo alle fiamme,
ma non ho amore,
non mi serve a nulla.
Chi ama è paziente e generoso.
Chi ama non è invidioso
non si vanta
non si gonfia di orgoglio.
Chi ama è rispettoso
non cerca il proprio interesse
non cede alla collera
dimentica i torti.
Chi ama non gode dell'ingiustizia
la verità è la sua gioia.
chi ama è sempre comprensivo,
sempre fiducioso,
sempre paziente,
sempre aperto alla speranza.
L'amore non tramonta mai:
cesserà il dono delle lingue,
la profezia passerà,
finirà il dono della scienza.
La scienza è imperfetta,
la profezia è limitata,
ma quando verrà ciò che è perfetto,
esse svaniranno.
Quando ero bambino
parlavo da bambino,
come un bambino
pensavo e ragionavo.
Da quando sono un uomo
ho smesso di agire così.
Ora la nostra visione è confusa,
come in un antico specchio;
ma un giorno saremo a faccia a faccia
dinanzi a Dio.
Ora lo conosco solo in parte,
ma un giorno lo conoscerò pienamente
come lui conosce me.
Ora ci sono tre cose che non svaniranno:
fede, speranza, amore.
Ma più grande di tutte è l'amore.
S. Paolo - Prima lettera ai Corinzi 13,1
Se parlo le lingue degli uomini e anche quelle degli angeli,
ma non ho amore,
sono un metallo che rimbomba,
uno strumento che suona a vuoto.
Se ho il dono di essere profeta
e di conoscere tutti i misteri,
se possiedo tutta la scienza
e ho tanta fede da smuovere i monti,
ma non ho amore,
io non sono niente.
Se do ai poveri tutti i miei averi,
se offro il mio corpo alle fiamme,
ma non ho amore,
non mi serve a nulla.
Chi ama è paziente e generoso.
Chi ama non è invidioso
non si vanta
non si gonfia di orgoglio.
Chi ama è rispettoso
non cerca il proprio interesse
non cede alla collera
dimentica i torti.
Chi ama non gode dell'ingiustizia
la verità è la sua gioia.
chi ama è sempre comprensivo,
sempre fiducioso,
sempre paziente,
sempre aperto alla speranza.
L'amore non tramonta mai:
cesserà il dono delle lingue,
la profezia passerà,
finirà il dono della scienza.
La scienza è imperfetta,
la profezia è limitata,
ma quando verrà ciò che è perfetto,
esse svaniranno.
Quando ero bambino
parlavo da bambino,
come un bambino
pensavo e ragionavo.
Da quando sono un uomo
ho smesso di agire così.
Ora la nostra visione è confusa,
come in un antico specchio;
ma un giorno saremo a faccia a faccia
dinanzi a Dio.
Ora lo conosco solo in parte,
ma un giorno lo conoscerò pienamente
come lui conosce me.
Ora ci sono tre cose che non svaniranno:
fede, speranza, amore.
Ma più grande di tutte è l'amore.
S. Paolo - Prima lettera ai Corinzi 13,1
Per essere ammessi nell’UNITAU
Per essere ammessi nell’UNITAU i Magisteri, i Priorati e le Commende dovranno, in via preliminare, inviare, anche a mezzo email, alla Cancelleria Internazionale copia, anche in formato pdf, di:
1.Statuti;
2.Regola;
3.Rituali;
4.Composizione del Capitolo di Commenda, Priorale o Magistrale;
5.Copia del brevetto Templare del Commandeur, del Priore o del Maestro;
6.Documentazione della investitura, indicando data e luogo e rituale nonché il presidente della cerimonia, del Commandeur, del Priore o del Maestro;
7.Dichiarazione circa l’esistenza di una capitazione annuale per i propri cavalieri e eventuali tasse di avanzamento;
8.Documentazione delle decorazioni, uniformi e paramenti usati nelle cerimonie;
9.Nominativi, con relativi indirizzi e recapiti telefonici, dei Cappellani.
Dopo circa tre mesi, se la documentazione sarà ritenuta efficace, sarà inviata in formato elettronico la charta UNITAU che andrà sottoscritta in duplice copia e in originale, è obbligatoria la partecipazione, di una delegazione, al capitolo Invernale Italiano per ricevere copie dei rituali dell’UNITAU ed i relativi brevetti
1.Statuti;
2.Regola;
3.Rituali;
4.Composizione del Capitolo di Commenda, Priorale o Magistrale;
5.Copia del brevetto Templare del Commandeur, del Priore o del Maestro;
6.Documentazione della investitura, indicando data e luogo e rituale nonché il presidente della cerimonia, del Commandeur, del Priore o del Maestro;
7.Dichiarazione circa l’esistenza di una capitazione annuale per i propri cavalieri e eventuali tasse di avanzamento;
8.Documentazione delle decorazioni, uniformi e paramenti usati nelle cerimonie;
9.Nominativi, con relativi indirizzi e recapiti telefonici, dei Cappellani.
Dopo circa tre mesi, se la documentazione sarà ritenuta efficace, sarà inviata in formato elettronico la charta UNITAU che andrà sottoscritta in duplice copia e in originale, è obbligatoria la partecipazione, di una delegazione, al capitolo Invernale Italiano per ricevere copie dei rituali dell’UNITAU ed i relativi brevetti
mercoledì 10 agosto 2011
Templari oggi.
Da più parti ci è giunta la richiesta di chiarire la situazione dei templari ai nostri giorni, per far questo è utile una premessa.
La memoria dell’ordine religioso più controverso della storia della Cristianità sta vivendo negli ultimi decenni un periodo di stupefacente vitalità e di rinnovato interesse. Vittima della persecuzione accanita della storiografia illuministica, quella stessa che etichettava senza mezzi termini mille anni di storia medievale come “evo oscuro”, la storia del Tempio si era presto trasformata in “leggenda nera”, per nulla dissimile da quella altrettanto falsata dell’Inquisizione.
L’auspicato procedimento di revisione è giunto a fine ottocento, grazie a storici di altissimo livello i cui sforzi, questi davvero illuminati e volti allo studio esclusivo delle fonti, hanno riportato alla luce la verità sul celebre ordine militare e sulle vicende processuali che ne decretarono la soppressione.
Il processo all’Ordine dei cavalieri Templari, è ormai assodato, fu istruito per volontà della corona francese che agiva per scopi puramente politici e senza il minimo fondamento probatorio. Filippo il Bello, sovrano capetingio che portava sulle spalle l’eredità teocratica del nonno Luigi il Santo, era riuscito nell’intento di mobilitare l’opinione pubblica contro il potente ordine, facendo uso di un’efficientissima propaganda antitemplare e mettendo il papa stesso in minoranza grazie a un sottile e tagliente gioco politico. La giurisdizione pontificia fu agilmente scavalcata dagli agenti del governo, mentre si mobilitava un organismo giudicante assolutamente non convenzionale: l’Inquisizione regia.
Certamente la dimostrazione dell’estraneità dell’Ordine alle accuse che ad esso furono mosse non può essere trattata in un breve intervento; ma propendiamo, concordando con la maggioranza degli studiosi moderni, per la tesi innocentista come traspare chiaramente dalle trattazioni scientifiche. Di grande interesse sarebbe una ricerca che trattasse la composizione di una cronaca il più possibile dettagliata e imparziale delle vicende che videro l’Ordine dei Templari imputato in un processo per eresia.
La drammatica storia del processo al più nobile degli ordini religiosi, l’Ordine dei cavalieri Templari, inizia nel 1307, ma è alla data della fondazione che dobbiamo risalire per conoscere appieno questa straordinaria istituzione: vent’anni dopo la presa di Gerusalemme, corre l’anno 1119 a partire da questa data per trecento anni l’Ordine del Tempio fu l’emblema dell’Ortodossia.
Appena un anno dopo l’inizio del processo “laico” dell’ordine che culminerà con la messa a rogo del Maestro del Tempio, de’Molay, e di altri dignitari vi è la redazione della PERGAMENA DI CHINON ovvero l’ASSOLUZIONE DI PAPA CLEMENTE V AI CAPI DELL’ORDINE TEMPLARE.
La pergamena redatta appunto a Chinon, diocesi di Tours, nel 1308 tra il 17 e il 20 di agosto contiene l’assoluzione impartita da Clemente V all’ultimo Maestro del Tempio, frate Jacques de Molay, e agli altri capi dell’Ordine dopo che questi ultimi hanno fatto atto di pentimento e richiesto il perdono della Chiesa; dopo l’abiura formale, obbligatoria per tutti coloro che erano anche solo sospettati di reati ereticali, i membri dello Stato Maggiore templare sono reintegrati nella comunione cattolica e riammessi a ricevere i sacramenti.
Appartenente alla prima fase del processo contro i Templari, quando Clemente V era ancora convinto di poter garantire la sopravvivenza dell’ordine religioso-militare, il documento risponde alla necessità apostolica di rimuovere dai frati-guerrieri l’infamia della scomunica nella quale si erano precedentemente invischiati da soli ammettendo di aver rinnegato Gesù Cristo sotto le torture dell’Inquisitore francese. Come confermano diverse fonti coeve, il papa appurò che fra i Templari si erano effettivamente insinuate gravi forme di malcostume e pianificò una radicale riforma dell’ordine per poi fonderlo in un istituto unico con l’altro grande ordine religioso-militare degli Ospitalieri.
L’atto di Chinon, che dichiara i Templari non prosciolti bensì assolti, era presupposto necessario alla riforma ma rimase lettera morta. La monarchia francese reagì innescando un vero meccanismo di ricatto che costringerà in seguito Clemente V all’ambiguo compromesso sancito nel 1312 durante il Concilio di Vienne: non potendo opporsi alla volontà del re di Francia Filippo il Bello che imponeva l’eliminazione dei Templari, il papa rimosse l’ordine dalla realtà del tempo senza condannarlo né abolirlo, ma piuttosto isolandolo in una specie di “ibernazione” grazie ad un abile artificio del diritto canonico. Dopo aver dichiarato espressamente che il processo non aveva provato l’accusa di eresia, Clemente V sospenderà l’ordine dei Templari in via di una sentenza non definitiva dettata dalla superiore necessità di evitare un grave pericolo alla Chiesa, con divieto sotto pena di scomunica di continuare ad usarne il nome ed i segni distintivi.
Senza entrare nel merito della sentenza di sospensione e delle numerose leggende, spesso costruite ad arte da gruppi di “neo templari” c’è da dire che solo in Francia ed in alcune limitate regioni Europa l’Ordine fu perseguito realmente. Nella realtà molti dei cavalieri confluirono nell’Ordine dei Cavalieri di Rodi o assunsero varie denominazioni a secondo della tradizione nazionale. Che esista una tradizione Templare ininterrotta dall’ultimo Maestro ad oggi è pura fantasia, altra cosa è il rinascere di un sincero Spirito Templare che rifiorisce in ambiente Cattolico. I principi che furono scritti nella regola di Bernardo da Chiaravalle, che sino a ieri sembravano sopiti sono più che mai attuali.
Oggi un riconoscimento da parte della Chiesa di Roma sarebbe impensabile, troppi sono i “templari”! Troppe le anime, troppe le finalità, sarebbe opportuna una cernita delle varie aggregazioni al fine di riunire ciò che vi è di buono e di sano in queste realtà, solo in Italia si contano oltre una quindicina di organizzazioni e solo un paio di queste rivivono lo spirito dei primi nove cavalieri del Tempio, di queste almeno una a Napoli e più in generale nel sud d’Italia, non nella Chiesa ma con la Chiesa, sta riscuotendo attenzione dalla società civile, politica e religiosa.
Dal punto di vista del Diritto Canonico c’è da osservare come la bolla Vox in excelso di Clemente V, data “non con sentenza definitiva, ma con provvedimento apostolico”, è chiara sul punto: l’Ordine del Tempio è sospeso, con la sua Regola, il suo nome, e la proibizione che qualcuno ne assuma l’abito. E a suggello prevede la scomunica (canone 1331 del Codice di diritto canonico in vigore) ipso facto, latae sententiae, senza cioè la necessità che la stessa venga dichiarata dall’autorità ecclesiastica, ma agente ipso jure.
Ricordiamo che la pena canonica medicinale della scomunica comporta il divieto di partecipare alla celebrazione eucaristica, di celebrare o ricevere i sacramenti, di esercitare funzioni, uffici o ministeri ecclesiastici o di porre in essere atti di governo (can. 1331, para. 1, numeri 1,2 e 3, CIC 1983)57.
C’è da osservare, però, che a fronte delle “sentenze storiche” il canone 6 del CIC 1983 abroga, al numero 3, “qualsiasi legge penale, sia universale sia particolare emanata dalla Sede Apostolica, a meno che non sia ripresa in questo stesso Codice”, quindi anche il provvedimento apostolico di Clemente V, caratterizzato quale disposizione penale, legata ad un preciso conteso sociale e politico, e che oggi risulterebbe anacronistica, anche alla luce del ritrovamento e pubblicazione della pergamena di Chinon.
Resta da chiarire chi siano i templari oggi, e a quali sedicenti ordini fa riferimento il Vicariato di Roma che, in data 6 giugno 2005, per ordine del Cardinale Vicario Ruini, dopo le numerose notizie giornalistiche di “investiture cavalleresche” di “templari” tenute in chiese cattoliche della capitale, ha ribadito a tutti i parroci e rettori di chiese e cappelle che la Santa Sede riconosce e tutela solo l’Ordine di Malta e l’Ordine Equestre del Santo Sepolcro di Gerusalemme.
Certamente il Magistero e la Pastorale dei Vescovi, nella loro sensibilità spirituale, saranno di vigile discernimento tra “Cavalieri Templari” appartenenti ed associazioni laiche di ispirazione Cristiana e Cattolica e i sedicenti templari appartenenti al fenomeno del Neoteplarismo di bassa lega. In definitiva, la situazione sotto il punto di vista del diritto canonico è chiara sia per i Cavalieri Templari del 1300 sia per quelli di oggi.
E’ su queste premesse che da oltre cinque anni il lavoro di molti ordini templari provenienti da diversa tradizione ha dato vita all’UNITAU (L’ UNITAU (Unione Nazionale Inter-forze/nazionale Templari Attività Umanitarie) che nasce dall’esigenza di creare un corpo nazionale ed internazionale capace di riunire sotto un'unica matrice gruppi templari sparpagliati per il mondo che intendano, con la Chiesa di Roma ma non nella Chiesa.
Come Cancelliere Internazionale dell’UNITAU tengo a precisare come gli Ordini aderenti all’UNITAU trai quali l’OSMTJ-OSMTHU e lo SCMOTH OSMTJ 1804, prevedono un periodo di postulandato che va dai sei mesi ai due anni, durante i quali il candidato dovrà seguire un corso di formazione storico, filosofico e religioso. In tale periodo, il neofita, sarà affidato ad un cavaliere anziano che ne curerà la formazione e risponderà ai suoi dubbi. Dopo tale lasso di tempo la candidatura sarà sottoposta al capitolo del Priorato Generale d'Italia e, solo dopo la risposta positiva, si procederà con l'ordinazione cavalleresca. In Italia si tengono in genere due Capitoli di Investitura uno in primavera ed uno in autunno.
L'impegno di tempo è individuale per ogni cavaliere e impegna moralmente a sovvenire alle necessità dell'ordine e alla diffusione dei valori sopiti che ci contraddistinguono. L'impegno economico è legato alla cauzione per la dote del cavaliere e sarà comunicata per iscritto con l'accettazione da parte del Capitolo dell'Ordine. Con serenità si riferisca che la cifra è molto contenuta poiché, avendo fatto l'ordine la scelta di povertà, i cavalieri sono invitati a provvedere in prima persona ad azioni di carità e al sostentamento dell'ordine secondo le proprie possibilità con un soglia minima davvero modesta.
Nel periodo di attesa e formazione il postulante è invitato a mettere da parte la sua dote cavalleresca, secondo la tradizione storica, tutti devono podere accedere alla dignità cavalleresca senza grave sofferenze ma con un impegno costante. Il mettere insieme una piccola dote serve a fornire il cavaliere delle sue dotazioni, quasi nulla va all'ordine
Nella vita privata, ciascuno fa le proprie scelte che vengono rispettate dall’Ordine, queste non vanno confuse, però, con le attività dell'Ordine che pur essendo laico è di ispirazione Cristiana e raccoglie al suo interno, secondo lo spirito Ecumenico del Concilio Vaticano II, priorati e commende di tutte le tradizioni: Cattolica, Evangelica, Protestante, Anglicana, Ortodossa ….
Siamo a conoscenza di come diversi cavalieri hanno o hanno avuto una esperienza nella massoneria, questa non va confusa, però, con l'Ordine che con le organizzazioni massoniche non ha alcun diretto contatto ne organizza attività similari o comuni, partecipa invece attivamente a tutte le attività delle Chiese e comunità religiose che ospitano le sedi degli Ordini secondo la precipua tradizione.
Per i cattolici esiste una incompatibilità, più volte espressa della Chiesa Cattolica di Roma, tra l’essere Cattolico ed aderire alla massoneria, ciò non avviene per i cristiani appartenenti altre tradizioni, ecco il perché della presenza di alcuni cavalieri che hanno una partecipazione alle attività massoniche.
Chancellery Unitau
La memoria dell’ordine religioso più controverso della storia della Cristianità sta vivendo negli ultimi decenni un periodo di stupefacente vitalità e di rinnovato interesse. Vittima della persecuzione accanita della storiografia illuministica, quella stessa che etichettava senza mezzi termini mille anni di storia medievale come “evo oscuro”, la storia del Tempio si era presto trasformata in “leggenda nera”, per nulla dissimile da quella altrettanto falsata dell’Inquisizione.
L’auspicato procedimento di revisione è giunto a fine ottocento, grazie a storici di altissimo livello i cui sforzi, questi davvero illuminati e volti allo studio esclusivo delle fonti, hanno riportato alla luce la verità sul celebre ordine militare e sulle vicende processuali che ne decretarono la soppressione.
Il processo all’Ordine dei cavalieri Templari, è ormai assodato, fu istruito per volontà della corona francese che agiva per scopi puramente politici e senza il minimo fondamento probatorio. Filippo il Bello, sovrano capetingio che portava sulle spalle l’eredità teocratica del nonno Luigi il Santo, era riuscito nell’intento di mobilitare l’opinione pubblica contro il potente ordine, facendo uso di un’efficientissima propaganda antitemplare e mettendo il papa stesso in minoranza grazie a un sottile e tagliente gioco politico. La giurisdizione pontificia fu agilmente scavalcata dagli agenti del governo, mentre si mobilitava un organismo giudicante assolutamente non convenzionale: l’Inquisizione regia.
Certamente la dimostrazione dell’estraneità dell’Ordine alle accuse che ad esso furono mosse non può essere trattata in un breve intervento; ma propendiamo, concordando con la maggioranza degli studiosi moderni, per la tesi innocentista come traspare chiaramente dalle trattazioni scientifiche. Di grande interesse sarebbe una ricerca che trattasse la composizione di una cronaca il più possibile dettagliata e imparziale delle vicende che videro l’Ordine dei Templari imputato in un processo per eresia.
La drammatica storia del processo al più nobile degli ordini religiosi, l’Ordine dei cavalieri Templari, inizia nel 1307, ma è alla data della fondazione che dobbiamo risalire per conoscere appieno questa straordinaria istituzione: vent’anni dopo la presa di Gerusalemme, corre l’anno 1119 a partire da questa data per trecento anni l’Ordine del Tempio fu l’emblema dell’Ortodossia.
Appena un anno dopo l’inizio del processo “laico” dell’ordine che culminerà con la messa a rogo del Maestro del Tempio, de’Molay, e di altri dignitari vi è la redazione della PERGAMENA DI CHINON ovvero l’ASSOLUZIONE DI PAPA CLEMENTE V AI CAPI DELL’ORDINE TEMPLARE.
La pergamena redatta appunto a Chinon, diocesi di Tours, nel 1308 tra il 17 e il 20 di agosto contiene l’assoluzione impartita da Clemente V all’ultimo Maestro del Tempio, frate Jacques de Molay, e agli altri capi dell’Ordine dopo che questi ultimi hanno fatto atto di pentimento e richiesto il perdono della Chiesa; dopo l’abiura formale, obbligatoria per tutti coloro che erano anche solo sospettati di reati ereticali, i membri dello Stato Maggiore templare sono reintegrati nella comunione cattolica e riammessi a ricevere i sacramenti.
Appartenente alla prima fase del processo contro i Templari, quando Clemente V era ancora convinto di poter garantire la sopravvivenza dell’ordine religioso-militare, il documento risponde alla necessità apostolica di rimuovere dai frati-guerrieri l’infamia della scomunica nella quale si erano precedentemente invischiati da soli ammettendo di aver rinnegato Gesù Cristo sotto le torture dell’Inquisitore francese. Come confermano diverse fonti coeve, il papa appurò che fra i Templari si erano effettivamente insinuate gravi forme di malcostume e pianificò una radicale riforma dell’ordine per poi fonderlo in un istituto unico con l’altro grande ordine religioso-militare degli Ospitalieri.
L’atto di Chinon, che dichiara i Templari non prosciolti bensì assolti, era presupposto necessario alla riforma ma rimase lettera morta. La monarchia francese reagì innescando un vero meccanismo di ricatto che costringerà in seguito Clemente V all’ambiguo compromesso sancito nel 1312 durante il Concilio di Vienne: non potendo opporsi alla volontà del re di Francia Filippo il Bello che imponeva l’eliminazione dei Templari, il papa rimosse l’ordine dalla realtà del tempo senza condannarlo né abolirlo, ma piuttosto isolandolo in una specie di “ibernazione” grazie ad un abile artificio del diritto canonico. Dopo aver dichiarato espressamente che il processo non aveva provato l’accusa di eresia, Clemente V sospenderà l’ordine dei Templari in via di una sentenza non definitiva dettata dalla superiore necessità di evitare un grave pericolo alla Chiesa, con divieto sotto pena di scomunica di continuare ad usarne il nome ed i segni distintivi.
Senza entrare nel merito della sentenza di sospensione e delle numerose leggende, spesso costruite ad arte da gruppi di “neo templari” c’è da dire che solo in Francia ed in alcune limitate regioni Europa l’Ordine fu perseguito realmente. Nella realtà molti dei cavalieri confluirono nell’Ordine dei Cavalieri di Rodi o assunsero varie denominazioni a secondo della tradizione nazionale. Che esista una tradizione Templare ininterrotta dall’ultimo Maestro ad oggi è pura fantasia, altra cosa è il rinascere di un sincero Spirito Templare che rifiorisce in ambiente Cattolico. I principi che furono scritti nella regola di Bernardo da Chiaravalle, che sino a ieri sembravano sopiti sono più che mai attuali.
Oggi un riconoscimento da parte della Chiesa di Roma sarebbe impensabile, troppi sono i “templari”! Troppe le anime, troppe le finalità, sarebbe opportuna una cernita delle varie aggregazioni al fine di riunire ciò che vi è di buono e di sano in queste realtà, solo in Italia si contano oltre una quindicina di organizzazioni e solo un paio di queste rivivono lo spirito dei primi nove cavalieri del Tempio, di queste almeno una a Napoli e più in generale nel sud d’Italia, non nella Chiesa ma con la Chiesa, sta riscuotendo attenzione dalla società civile, politica e religiosa.
Dal punto di vista del Diritto Canonico c’è da osservare come la bolla Vox in excelso di Clemente V, data “non con sentenza definitiva, ma con provvedimento apostolico”, è chiara sul punto: l’Ordine del Tempio è sospeso, con la sua Regola, il suo nome, e la proibizione che qualcuno ne assuma l’abito. E a suggello prevede la scomunica (canone 1331 del Codice di diritto canonico in vigore) ipso facto, latae sententiae, senza cioè la necessità che la stessa venga dichiarata dall’autorità ecclesiastica, ma agente ipso jure.
Ricordiamo che la pena canonica medicinale della scomunica comporta il divieto di partecipare alla celebrazione eucaristica, di celebrare o ricevere i sacramenti, di esercitare funzioni, uffici o ministeri ecclesiastici o di porre in essere atti di governo (can. 1331, para. 1, numeri 1,2 e 3, CIC 1983)57.
C’è da osservare, però, che a fronte delle “sentenze storiche” il canone 6 del CIC 1983 abroga, al numero 3, “qualsiasi legge penale, sia universale sia particolare emanata dalla Sede Apostolica, a meno che non sia ripresa in questo stesso Codice”, quindi anche il provvedimento apostolico di Clemente V, caratterizzato quale disposizione penale, legata ad un preciso conteso sociale e politico, e che oggi risulterebbe anacronistica, anche alla luce del ritrovamento e pubblicazione della pergamena di Chinon.
Resta da chiarire chi siano i templari oggi, e a quali sedicenti ordini fa riferimento il Vicariato di Roma che, in data 6 giugno 2005, per ordine del Cardinale Vicario Ruini, dopo le numerose notizie giornalistiche di “investiture cavalleresche” di “templari” tenute in chiese cattoliche della capitale, ha ribadito a tutti i parroci e rettori di chiese e cappelle che la Santa Sede riconosce e tutela solo l’Ordine di Malta e l’Ordine Equestre del Santo Sepolcro di Gerusalemme.
Certamente il Magistero e la Pastorale dei Vescovi, nella loro sensibilità spirituale, saranno di vigile discernimento tra “Cavalieri Templari” appartenenti ed associazioni laiche di ispirazione Cristiana e Cattolica e i sedicenti templari appartenenti al fenomeno del Neoteplarismo di bassa lega. In definitiva, la situazione sotto il punto di vista del diritto canonico è chiara sia per i Cavalieri Templari del 1300 sia per quelli di oggi.
E’ su queste premesse che da oltre cinque anni il lavoro di molti ordini templari provenienti da diversa tradizione ha dato vita all’UNITAU (L’ UNITAU (Unione Nazionale Inter-forze/nazionale Templari Attività Umanitarie) che nasce dall’esigenza di creare un corpo nazionale ed internazionale capace di riunire sotto un'unica matrice gruppi templari sparpagliati per il mondo che intendano, con la Chiesa di Roma ma non nella Chiesa.
Come Cancelliere Internazionale dell’UNITAU tengo a precisare come gli Ordini aderenti all’UNITAU trai quali l’OSMTJ-OSMTHU e lo SCMOTH OSMTJ 1804, prevedono un periodo di postulandato che va dai sei mesi ai due anni, durante i quali il candidato dovrà seguire un corso di formazione storico, filosofico e religioso. In tale periodo, il neofita, sarà affidato ad un cavaliere anziano che ne curerà la formazione e risponderà ai suoi dubbi. Dopo tale lasso di tempo la candidatura sarà sottoposta al capitolo del Priorato Generale d'Italia e, solo dopo la risposta positiva, si procederà con l'ordinazione cavalleresca. In Italia si tengono in genere due Capitoli di Investitura uno in primavera ed uno in autunno.
L'impegno di tempo è individuale per ogni cavaliere e impegna moralmente a sovvenire alle necessità dell'ordine e alla diffusione dei valori sopiti che ci contraddistinguono. L'impegno economico è legato alla cauzione per la dote del cavaliere e sarà comunicata per iscritto con l'accettazione da parte del Capitolo dell'Ordine. Con serenità si riferisca che la cifra è molto contenuta poiché, avendo fatto l'ordine la scelta di povertà, i cavalieri sono invitati a provvedere in prima persona ad azioni di carità e al sostentamento dell'ordine secondo le proprie possibilità con un soglia minima davvero modesta.
Nel periodo di attesa e formazione il postulante è invitato a mettere da parte la sua dote cavalleresca, secondo la tradizione storica, tutti devono podere accedere alla dignità cavalleresca senza grave sofferenze ma con un impegno costante. Il mettere insieme una piccola dote serve a fornire il cavaliere delle sue dotazioni, quasi nulla va all'ordine
Nella vita privata, ciascuno fa le proprie scelte che vengono rispettate dall’Ordine, queste non vanno confuse, però, con le attività dell'Ordine che pur essendo laico è di ispirazione Cristiana e raccoglie al suo interno, secondo lo spirito Ecumenico del Concilio Vaticano II, priorati e commende di tutte le tradizioni: Cattolica, Evangelica, Protestante, Anglicana, Ortodossa ….
Siamo a conoscenza di come diversi cavalieri hanno o hanno avuto una esperienza nella massoneria, questa non va confusa, però, con l'Ordine che con le organizzazioni massoniche non ha alcun diretto contatto ne organizza attività similari o comuni, partecipa invece attivamente a tutte le attività delle Chiese e comunità religiose che ospitano le sedi degli Ordini secondo la precipua tradizione.
Per i cattolici esiste una incompatibilità, più volte espressa della Chiesa Cattolica di Roma, tra l’essere Cattolico ed aderire alla massoneria, ciò non avviene per i cristiani appartenenti altre tradizioni, ecco il perché della presenza di alcuni cavalieri che hanno una partecipazione alle attività massoniche.
Chancellery Unitau
martedì 9 agosto 2011
L'UOMO DI DIO. RUMI
L’Uomo di Dio è, senza vino, ubriaco,
l’Uomo di Dio è, senza cibo, già sazio.
L’Uomo di Dio è pazzo e stupito,
l’Uomo di Dio non mangia e non dorme.
L’Uomo di Dio è re sotto il saio,
l’Uomo di Dio è, in diroccate rovine, tesoro.
L’Uomo di Dio non è d’aria e di terra,
l’Uomo di Dio non è d’acqua e di fuoco.
L’Uomo di Dio è mare senza sponde,
l’Uomo di Dio piove perle senza bisogno di nube.
L’Uomo di Dio ha cento lune e cieli,
l’Uomo di Dio ha pur cento soli.
L’Uomo di Dio è per Realtà sapiente,
l’Uomo di Dio non ha dottrina di libro.
L’Uomo di Dio è oltre fede e non-fede,
l’Uomo di Dio è oltre il male ed il bene.
L’Uomo di Dio è cavaliere venuto dal Nulla,
l’Uomo di Dio è venuto su glorioso destriero.
L’uomo di Dio è Shams ad-Dîn nascosto,
l’Uomo di Dio tu cerca e tu trova.
l’Uomo di Dio è, senza cibo, già sazio.
L’Uomo di Dio è pazzo e stupito,
l’Uomo di Dio non mangia e non dorme.
L’Uomo di Dio è re sotto il saio,
l’Uomo di Dio è, in diroccate rovine, tesoro.
L’Uomo di Dio non è d’aria e di terra,
l’Uomo di Dio non è d’acqua e di fuoco.
L’Uomo di Dio è mare senza sponde,
l’Uomo di Dio piove perle senza bisogno di nube.
L’Uomo di Dio ha cento lune e cieli,
l’Uomo di Dio ha pur cento soli.
L’Uomo di Dio è per Realtà sapiente,
l’Uomo di Dio non ha dottrina di libro.
L’Uomo di Dio è oltre fede e non-fede,
l’Uomo di Dio è oltre il male ed il bene.
L’Uomo di Dio è cavaliere venuto dal Nulla,
l’Uomo di Dio è venuto su glorioso destriero.
L’uomo di Dio è Shams ad-Dîn nascosto,
l’Uomo di Dio tu cerca e tu trova.
In ricordo di un UOMO ECCEZIONALE: OMAR A. SHAH
Uno strumento della tua pace.
O Signore, fà di me uno strumento della Tua Pace.
Dove è odio, io porti Amore,
dove è offesa, io porti Perdono,
dove è discordia, io porti Unione,
dove è dubbio, io porti Fede,
dove è errore, io porti Verità,
dove è disperazione, io porti Speranza,
dove è tristezza, io porti Gioia,
dove sono tenebre, io porti Luce.
O Maestro, fà che io non cerchi tanto
di essere consolato, quanto di consolare;
non di essere compreso, quanto di comprendere;
non di essere amato, quanto di amare.
Poiché dando si riceve,
perdonando si è perdonati,
morendo si risuscita alla Vita Eterna.
San Francesco d'Assisi
Dove è odio, io porti Amore,
dove è offesa, io porti Perdono,
dove è discordia, io porti Unione,
dove è dubbio, io porti Fede,
dove è errore, io porti Verità,
dove è disperazione, io porti Speranza,
dove è tristezza, io porti Gioia,
dove sono tenebre, io porti Luce.
O Maestro, fà che io non cerchi tanto
di essere consolato, quanto di consolare;
non di essere compreso, quanto di comprendere;
non di essere amato, quanto di amare.
Poiché dando si riceve,
perdonando si è perdonati,
morendo si risuscita alla Vita Eterna.
San Francesco d'Assisi
IL CANTICO DELLE CREATURE
Altissimu, onnipotente, bon Signore,
tue so’ le laude, la gloria e l’honore et onne benedictione.
Ad te solo, Altissimo, se konfano,
et nullo homo ène dignu te mentovare.
Laudato sie, mi’ Signore, cum tucte le tue creature,
petialmente messor lo frate sole,
lo qual’è iorno, et allumini noi per lui.
Et ellu è bellu e radiante cum grande splendore:
de te, Altissimo, porta significatione.
Laudato si’, mi’ Signore, per sora luna e le stelle:
in celu l’ài formate clarite et pretiose et belle.
Laudato si, mi’ Signore, per frate vento
et per aere et nubilo et sereno et onne tempo,
per lo quale a le tue creature dài sustentamento.
Laudato si’, mi’ Signore, per sor’aqua,
la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta.
Laudato si’, mi’ Signore, per frate focu,
per lo quale ennallumini la nocte:
ed ello è bello et iocundo et robustoso et forte.
Laudato si’, mi’ Signore, per sora nostra matre terra,
la quale ne sustenta et governa,
et produce diversi fructi con coloriti flori et herba.
Laudato si’, mi’ Signore, per quelli ke perdonano per lo tuo amore
et sostengo infirmitate et tribulatione.
Beati quelli ke ’1 sosterrano in pace,
ka da te, Altissimo, sirano incoronati.
Laudato si’, mi’ Signore, per sora nostra morte corporale,
da la quale nullu homo vivente pò skappare:
guai quelli ke morrano ne le peccata mortali;
beati quelli ke trovarà ne le tue sanctissime voluntati,
ka la morte secunda no ’I farrà male.
Laudate e benedicete mi’ Signore et rengratiate
e serviateli cum grande humilitate.
tue so’ le laude, la gloria e l’honore et onne benedictione.
Ad te solo, Altissimo, se konfano,
et nullo homo ène dignu te mentovare.
Laudato sie, mi’ Signore, cum tucte le tue creature,
petialmente messor lo frate sole,
lo qual’è iorno, et allumini noi per lui.
Et ellu è bellu e radiante cum grande splendore:
de te, Altissimo, porta significatione.
Laudato si’, mi’ Signore, per sora luna e le stelle:
in celu l’ài formate clarite et pretiose et belle.
Laudato si, mi’ Signore, per frate vento
et per aere et nubilo et sereno et onne tempo,
per lo quale a le tue creature dài sustentamento.
Laudato si’, mi’ Signore, per sor’aqua,
la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta.
Laudato si’, mi’ Signore, per frate focu,
per lo quale ennallumini la nocte:
ed ello è bello et iocundo et robustoso et forte.
Laudato si’, mi’ Signore, per sora nostra matre terra,
la quale ne sustenta et governa,
et produce diversi fructi con coloriti flori et herba.
Laudato si’, mi’ Signore, per quelli ke perdonano per lo tuo amore
et sostengo infirmitate et tribulatione.
Beati quelli ke ’1 sosterrano in pace,
ka da te, Altissimo, sirano incoronati.
Laudato si’, mi’ Signore, per sora nostra morte corporale,
da la quale nullu homo vivente pò skappare:
guai quelli ke morrano ne le peccata mortali;
beati quelli ke trovarà ne le tue sanctissime voluntati,
ka la morte secunda no ’I farrà male.
Laudate e benedicete mi’ Signore et rengratiate
e serviateli cum grande humilitate.
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